Tuesday, December 19, 2017

OVNIS y el Pentágono: ¿Nada nuevo bajo el sol?


OVNIS y el Pentágono: ¿Nada nuevo bajo el sol?
Por Scott Corrales (c) 2017 para Arcana Mundi

La noticia sobre la existencia de un programa de investigación secreto destinado a escudriñar el misterio de los ovnis ha causado cierta sensación al momento, representando una distracción muy grata de los problemas políticos y económicos que nos aquejan.

De acuerdo con el programa de noticias Newsmax "los vídeos tomados por los pilotos de interceptores F-18, mostrando objetos que parecen comportarse más allá del límite de la ciencia conocida, han circulado por los medios este fin de semana tras un informe que reveló la existencia de un programa secreto entre los años 2007 a 2012." El programa parece haber ostentado el mote Advance Aerospace Threat Identification Program (Programa avanzado de identificación de amenazas aéreas), recibiendo asignaciones presupuestarias federales para dicho fin, no necesariamente para 'buscar marcianos'.

Resulta interesante que a comienzos de los '90 - durante la fiebre de las abducciones, la base secreta de Dulce y otros asuntos dudosos - el autor Howard Blum investigó la existencia de otro programa (¿tal vez el mismo?) operado por la Defense Intelligence Agency. A diferencia del programa que ha hecho saltar los corazones de los paladines de la HET, este esfuerzo investigativo era conocido tan solo como "UFO working group" - mesa de trabajo OVNI, a secas - para evitar atraer la atención de otros departamentos gubernamentales. Tres agencias negaron rotundamente la existencia de dicha mesa de trabajo cuando Blum hizo indagaciones formales del Pentágono, la DIA y la NSA. La realidad era otra.

El autor descubriría a lo largo de su trabajo que la Defense Intelligence Agency se había interesado por la visualización remota, efectuando pruebas sobre su veracidad no en los lejanos desiertos del oeste estadounidense sino en el Old Executive Building - la estructura decimonónica que existe justo al lado de la Casa Blanca. Las demostraciones de visualización remota tenían por objeto la localización de submarinos soviéticos bajo el nombre Proyecto Aquarius, pero se produjo una coincidencia sorprendente. Los visualizadores, con lápices en la mano y los ojos cerrados, acababan detectando objetos voladores no identificados en las coordenadas solicitadas. Los bosquejos resultantes mostraban objetos redondos y sin alas.

Blum nos da el mes de febrero de 1987 como la fecha en que se constituyó la mesa de trabajo OVNI bajo la dirección del coronel Harold Phillips, militar adjunto a la DIA, con diecisiete investigadores a su haber. Su reunión inicial tomó lugar en las profundidades del Pentágono en una cámara conocida como 'la bóveda tanque', supuestamente a prueba de visualización remota por potencias enemigas.

"Seis meses después de dicha reunión", señala el autor, "Empecé a hacer mis primeras preguntas cuidadosas sobre la mesa de trabajo OVNI. Enfrenté problemas desde el principio. Nadie estaba dispuesto a admitir su participación en el programa. Muchos funcionaros se negaron rotundamente a contestar mis preguntas, y aquellos dispuestos a hacerlo insistían que el UFO Working Group no existía en absoluto".

Pero como en las novelas de Tom Clancy o John LeCarré, el tenaz reportero logró conseguir "alguien" dispuesto a ponerle en contacto con un oficial de los servicios de inteligencia que había sido partícipe de aquella reunión inicial. Posteriormente lograría comunicarse con el mismo coronel Phillips, quien negó estar a la cabeza de ninguna mesa de trabajo platillero. Llamadas posteriores le informarían que "no había ningún coronel Harold Phillips trabajando en el Pentágono" -- igual que en las novelas de los autores aludidos.

Las experiencias de Blum durante la investigación que resultaría en su libro le llevaron, como Alicia en el país de las maravillas, a descubrir que el agujero del conejo era mucho más profundo que lo sospechado. Llegaría a entrevistarse con un general encargado de dictar una conferencia a la mesa de trabajo, pero que fue expulsado al abordar "asuntos para los que carecía de autorización de seguridad". Entró en contacto con los miembros de la "sociedad Dundee", grupo élite de oficiales de inteligencia dentro de la NSA que formaban un grupo secreto dentro del 'palacio de los puzzles', apelación dada a dicha agencia. El grupo había redactado el monográfico Hipótesis OVNI y preguntas de supervivencia, circulado en secreto a distintas agencias en 1977.

Una cita textual de dicho documento nos dice: "Observadores militares capacitados han reportado numerosos OVNIS que se comportan como cohetes o aviones de alta velocidad y alto rendimiento. El fenómeno a veces parece desafiar la detección por los radares, ocasionando interferencia electromagnética masiva. Ciertamente, es muy importante descubrir la naturaleza de estos objetos o plasmas antes de que cualquier enemigo eventual consiga utilizar sus propiedades para construir un dispositivo o sistema capaz de burlar o bloquear nuestros sistemas de detección en el aire y el espacio".

La NSA, según descubrió el autor, ha tenido la misión de monitorear y evaluar los alegatos mundiales de actividad OVNI en secreto desde 1972. Es obligatorio remitir toda la inteligencia de señales (SIGINT) repopilada a nivel mundial al Fuerte Meade, sede de la agencia.

Howard Blum concluyó su obra afirmando que a pesar de toda la información suministrada y las peripecias que había pasado, no había encontrado prueba fehaciente del fenómeno ovni, la misma conclusión alcanzada por los integrantes de la mesa de trabajo. El silencio oficial, según Blum, no se debía al miedo a los extraterrestres, sino a confesar la existencia de grandes lagunas en el conocimiento que tiene el gobierno sobre ciertos temas.

Posterior a la publicación del libro se supo que el coronel Harold Phillips no era otro que el coronel John Alexander, director de pruebas de armas no mortíferas en el laboratorio de Los Alamos, Nuevo Mexico (LANL). Otros integrantes de la mesa de trabajo resultarían ser los doctores Christopher Green, Hal Puthoff, Jack Verona, Ronald Pandolfi, Robert Wood y el general de tres estrellas Albert Stubblebine, comandante del mando de inteligencia y seguridad del ejército norteamericano -- nombres conocidos en la ovnilogía como parte del Aviary, la "pajarera" mencionada en los libros de William Moore y otros autores de la febril etapa noventera de los ovnis en EEUU.

Sunday, December 17, 2017

Encuentro OVNI en Alabama, EEUU (1983)



Encuentro OVNI en Alabama, EEUU (1983)
De los expedientes de la organización APRO

El siguiente caso es el resultado de una pista suministrada a APRO por Bob Gribble de Phenomena Research Hotline, y el seguimiento e investigación realizado por el investigador de campo Ed Brown. El nombre completo del testigo y algunos nombres que identifican el lugar exacto para proteger al sujeto conforme a su petición.

La Sra. Pat Norris, 28, vive con su marido, Carl, y tres hijos en un suburbio de Mobile, Alabama. La noche del 3 de febrero de 1983, visitó una amiga en la ciudad de Mobile, y cuando el marido de la amiga regresó a casa del trabajo, Pat se dirigió a su propio hogar a noventa minutos de camino. En cierto momento, sintió una explosión. Su automóvil comenzó a vibrar, dificultando su conducción. Consiguió salirse del camino que transitaba, detuvo la marcha y se asomó para ver si el sonido procedía de la transmisión el vehículo, pero no lo era.

La señora prosiguió su camino y la vibración se detuvo. Ejecutó otro viraje a lo largo de un camino vecinal y pudo que ver el bosque estaba iluminado con una luz deslumbrante. En un momento pensó que un helicóptero realizaba una búsqueda debido a la intensidad de las luces, y llegó a sentir miedo. Detuvo su coche de nuevo, y en aquel momento llegó a ver un enorme objeto a 1/2 milla al oeste. Ahora cree que la explosión fue causada por este objeto al aterrizar sobre una cantera que existe en la zona.

El aparato era descomunal. Pat estimó su altura en 7 a 8 pisos (70 a 80 pies) y del ancho de "seis postes de teléfono" (210 pies), y parecía acercarse a ella a unas 4-5 millas por hora. La noche era despejada y fresca se había desplazado con las ventanas cerradas. Después de la explosión, observo que "un viento abrupto, un sonido de alta intensidad, y un sonido bramante" acompañaron la detonación. Hizo hincapié en el "sonido del viento, que parecía el de un tornado".

En cierto momento, cuando tenía al objeto cerca, los sonidos se extinguieron en su totalidad. El silencio era total y la Sra. Norris perdió todo el miedo que se había apoderado de ella. Salió de su vehículo para visualizar el objeto misterioso sin obstáculos e hizo lo posible por absorber todos los detalles, sintiéndose "como una niña llena de alegría indescriptible".

El Sr. Norris afirmó que a pesar de que Pat le informó sobre el avistamiento, no estaba consciente de que el hecho había sido tan transcendente hasta que su esposa comenzó a sacar prestados libros de OVNIS de la biblioteca local.

Pat Norris estima que el evento tuvo una duración de 5 minutos. Cuando el aparató se manifestó, la señora se fijó en la cubierta superior de la nave, que tenía una ventana alargada con una extensión estimada de 53 pies. Le fue posible distinguir unas veinte a treinta personas por esta ventana que hacían caso omiso de su presencia, como si presenciara el cambio de turnos de una fábrica. Las personas no parecían estar mirando por la ventana. Eran de tez blanca, vestidos en trajes enterizos blancos. Pensó que su altura era comparable a la nuestra, cinco pies con diez pulgadas, delgados pero de pecho más abultado, cráneos un tanto más prominentes, sin cabello. No detectó nada anormal en sus ojos. Lo que le llamó la atención era la delicadeza con la que se movían, a pesar de que la atmósfera de a bordo le parecía "estéril".



Debajo de este ventanal había una ventana opaca rodeada de blanco. Esta ventana consistía de secciones que estaban encastradas y tintadas.

Debajo del centro de la nave, una puerta se cerraba de derecha a izquierda. Le fue posible ver una "calle" hecha de un material tan oscuro como el asfalto, con equipos tubulares y rectangulares a su lado. Pudo ver remaches y claraboyas en toda la nave. Afirmó que le fue posible ver las claraboyas a la perfección, mirando hacia el interior de la nave. Pudo ver algunos detalles de construcción, así como "enormes vigas como las que usamos para armar barcos y soportes para aguantar los cristales que había dentro". El lado inferior estaba escalonado hacia arriba. La estructura le hizo pensar en la de un barco o submarino. Aseveró que le parecía sumamente posible, de hecho probable, que la nave pudo haber sido fabricada aquí en la Tierra.

El fondo de la nave formaba una cruz formada por espejos de un pie cuadrado, rodeada por una "cubierta de observación" ocupada por tripulantes. A diferencia de la cubierta superior, las personas se asomaban, y la señora Norris pudo escuchar una suerte de anuncio (casi un gruñido) que provenía de la parte de la cubierta de observación que tenía más cerca. A estas alturas, la señora Norris considera que los desconocidos no se habían percatado de su presencia hasta que estaban directamente sobre ella.

La nave giró en dirección sur, alejándose del lugar en que Pat estaba estacionada. Dijo que la nave se mantuvo en la zona boscosa y que no volvió a cruzar la carretera 90 de nuevo. Era posible que el objeto se encaminara hacia Irvington o Pascagoula. Ilumino la zona boscosa con proyectores blancos, disponía de luces rojas y azules a sus costados y que apuntaban hacia las nubes antes de volver a enfocarse sobre el terreno.

Le informó al Sr. Brown que había hecho plegarias por tener semejante avistamiento. Contaba con considerable material onírico antes y después del avistamiento del 4 de febrero. Sus sueños más recientes incluyeron un examen físico detallado y un 'barrido' de su estado emocional.

Pat llegó a su casa a las 1:10 a.m., una vez que el objeto se perdió de vista.

[Traducción (c) 2017 S. Corrales para Arcana Mundi]

Saturday, December 16, 2017

La década de los '40 - OVNIS anteriores a Roswell



La década de los '40 - OVNIS anteriores a Roswell
Por Scott Corrales para Arcana Mundi © 2017

"En el verano de 1941, cuando tenía doce años de edad, llegué a ver lo que era, sin duda, una nave espacial o platillo volador.

"Fue durante el mes de junio. Viviamos en la Sierra Nevada en aquel entonces. Mi padre era minero, extaryendo oro por algunos dólares que lograba recaudar para conseguirnos comida. Viviamos a 21 millas al norte del asentamiento más cercano, el pequeño poblado de North Fork, situado a 50 millas al norte de la ciudad de Fresno.

"La primera vez que vi aquel extraño objeto fue durante una caminata con mi tío Cort al regreso de un viaje de pesca. El objeto era tan grande y redondo como el sol cuando sale sobre las montañas. Descansaba sobre un gran claro al otro lado del rio San Joaquín en la montaña Kaizer. El objeto parecía tener un diámetro de al menos 500 pies, con un brillante color blanco plateado - resplandecía como si fuese mercurio, a veces. Mi tío Cort se rio y dijo que parecía el mismo sol, burlándose de ello. Mi padre lo vio luego, afirmando que podía ser alguna especie de tienda de campaña. Nadie le presto mucha atención, pero lo miré la mayor parte del día hasta que se fue y nunca regresó. A miro hacia aquel punto en la montaña donde reposaba, pero jamás ha vuelto.

"El camino hacia el sitio donde se había posado la nave espacial - o lo que fuese - hacia el recorrido por un cañón empinado, subiendo a lo largo de un desfiladero muy profundo. Un total de seis millas de cañones vertiginosos que recorrer. De haber sido mayor, me hubiese aventurado a ver lo que era este gran objeto brillante. Se mantuvo en el mismo lugar en el claro cerca de la cima de la montaña por espacio de casi dos semanas.

"Una mañana, mi hermano Don llegó corriendo desde afuera, diciendo que un objeto blanco del tamaño de la luna estaba volando sobre Chutee (una gran montaña). Salí a ver, pero ya no estaba. Miré a la cima del monte a ver si el gran disco aún estaba sobre la cima, pero ya no estaba. Nunca regresó. Siempre me siento un poco triste al pensar sobre esto, porque sabía que se trataba de algo extraño y misterioso que me gustaría haber visto de cerca. De haber tenido una cámara disponible, le hubiese sacado fotos sin duda alguna".

Lo anterior es el texto de una carta remitida a Ray Palmer, director de la revista Flying Saucers, en el año 1954 por un hombre llamado George Wisseman, vecino de North Fork en el estado de California, EEUU. El autor de la carta no se jacta de haber hecho contacto con extraterrestres, ni de tener información de fuentes gubernamentales, ni ninguno de los requisitos indispensables para llegar a la fama en el mundo ovnilógico actual. Se trataba sencillamente de un niño de doce años que vio un fenómeno extraño el mismo año en que EE.UU. se vería atacado por el imperio japonés en Pearl Harbor. El gran objeto luminoso posado sobre la montaña nos hace pensar en casos más recientes en la Argentina, concretamente el evento del ovni visto sobre las laderas de un cerro.



En el mes de marzo de 1945 - a meses de la detonación de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki -un testigo anónimo presenció algo que solo pudo clasificar como una 'nave espacial'. El testigo vivía en la población de Belfast, Maine (EEUU) en una pequeña aldea a la orilla de la bahía de Penobscot, y estaba enfrascado en la cacería de ardillas cuando "un tremendo objeto alargado apareció justo por encima de la arboleda." Preso del miedo, el hombre no pudo hacer más que contemplar la forma en que el aparato desconocido se desplazaba con gran lentitud sobre las copas de los árboles. La punta de objeto apuntaba ligeramente hacia la superficie, siguiendo el trazo de un sendero que se abría paso por la superficie.

Sin pensarlo dos veces, el atónito testigo se lanzó a la carrera, siguiendo al objeto, pensando que podía tratarse de un dirigible a punto de estrellarse - algo que no resultaba del todo fantasioso, puesto la imagen de la destrucción del Hindenburg en Lakehurst, Nueva Jersey, en 1937, seguía viva en la mente popular. Pero el enorme objeto quedó ocultado por la densa arboleda mientras que el testigo corría en su dirección general.

En un momento dado, el testigo llegó a un claro en el bosque justo a tiempo para ver como el formidable objeto fusiforme se estrellaba contra la tierra.

"Me detuve en seco", explicó el testigo, recordando el evento. "El objeto acabó por hendir un enorme pino al lado opuesto del claro. Nubes blancas salían de la panza de la gran nave, con un olor a caucho quemado. Aún así, el objeto estaba intacto. No pude ver ninguna abertura en el costado ni señales de movimiento. Me quedé a la orilla del claro, pasmado. Las dimensiones del objeto eran verdaderamente prodigiosas, y creo que sería posible haber colocado varios bombarderos B-36 en su interior. Totalmente petrificado, llegué a ver como el extremo inferior del enorme objeto se alzaba con un zumbido cuya intensidad iba en aumento. Habiendo alcanzado la horizontal, el objeto comenzó a girar lentamente como una pelota de futbol americano en movimiento. Su rotación aumentaba a la par que se intensificaba el zumbido, convirtiéndose en una especie de aullido sordo que me obligó a taparme los oídos".



Entonces sucedió lo inesperado: el coloso despidió hebras delgadas de un material sumamente fino (¿el cabello de ángel que solía asociarse a los OVNIS en las primeras décadas del fenómeno?) y su estructura mudó de un color negro mate a un blanco metálico. Posteriormente se elevaría en vertical a una velocidad prodigiosa, desapareciendo por completo de vista.

Totalmente aturdido por su experiencia con lo desconocido, el testigo regresó a casa y relató el evento a sus amigos, que se mofaron de él, tildándolo de fantasioso. No obstante, un grupo de hombres regresó al lugar de los hechos, llegando a ver enorme pino hendido a la mitad, achacando su destrucción por un relámpago. El testigo nunca cambiaría de parecer: había presenciado el descenso abrupto de una nave nodriza que había sufrido alguna especie de desperfecto.

El boletin Flying Saucer News Service, Vol. 1 No. 8 1955 recoge dos avistamientos muy interesantes de objetos fusiformes. El primero de ellos fue reportado por el astrónomo aficionado George Pitcovich, vecino de Newton Falls, Ohio (EEUU) que se encontraba mirando al cielo con su telescopio una buena noche en 1946. A eso de la 1 de la madrugada pudo ver "una serie de luces" que se acercaba a gran velocidad desde el suroeste. Enfocando su telescopio hacia la inusitada formación, llegó a ver que se trataba de una serie de resplandores en el costado de un largo fuselaje de grandes dimensiones. El aparato "parecía ser enorme y estar a gran altura", según las declaraciones de Pitcovich. Los resplandores tenían tonalidades rojas o violáceas.

Sunday, December 10, 2017

Militares contra el misterio (2da Parte)



Militares contra el misterio (2da Parte)
Por Scott Corrales (c) 2017

Las erupciones volcánicas figuran entre los fenómenos naturales que inspiran pavor y asombro a la humanidad. Algunos estudiosos especulan que nuestros antepasados prehistóricos, absortos ante la manifestación de magma, ceniza y truenos, no dudaron en adorar a los volcanes como dioses y tal vez agarrar, con miedo, trozos de madera ardiente que constituirían el descubrimiento del fuego y el comienzo de la "edad tecnologica" hace doscientos mil años. Han sido pocas las erupciones al norte de México, y la que más trascendencia ha tenido corresponde a la explosión de Mount St. Helens en 1981, momento histórico represntado en numerosos documentales y películas, sin contar los libros y estudios geológicos que aún se siguen publicando.

Hay un aspecto menos conocido de este momento en la historia, y es el que nos proponemos tratar aquí. Desde el siglo XIX, cuando los primeros cazadores europeos se internaron en lo que conocía como "el territorio de Oregón", enorme expansión de terreno disputada por las potencias del momento - Rusia, Inglaterra y España- los nativos les advirtieron que no deberían acercarse a la imponente cumbre, puesto que sus alrededores eran la morada del temible sasquatch (o el "matlog" que figura en los escritos de José Mariano Moziño Suárez, http://arcanamundiblog.blogspot.com.ar/2013/03/haciendo-historia-bigfoot-el-virreinato.html). Aunque la ciencia se niega a aceptar la existencia de estos seres, se circuló la creencia de que la devastadora erupción volcánica seguramente había decimado - o tal vez aniquilado del todo - a los escurridizos gigantes del bosque.

Esta creencia infundada, sin embargo, adquriría contundencia cuando muchos uniformados, en su mayoría policías militares del ejército de los Estados Unidos, comenzaron a discutir el asunto en décadas posteriores. El libro Who’s Watching You? An Exploration of the Bigfoot Phenomenon in the Pacific Northwest de la autora Linda Suchy nos presenta el relato de un hombre, empleado de la Weyeraeuser, una de las empresas madereras más grandes del mundo con 27 millones de acres a su haber en Canadá y EEUU, presenció la manera en que elementos de la Guardia Nacional había reunido montones de cadáveres de animales muertos a causa de la erupción y los gases venenosos. Uno de estos montones estaba custodiado por guardias armados y tapados por una gran lona. Al quitar la lona para depositar los cadáveres en vehículos, el testigo se sorprendió al ver que eran cadáveres de sasquatch, algunos de ellos calcinados y otros cubiertos de ceniza. Los soldados le advirtieron que guardar silencio sobre lo visto era esencial, y que los restos mortales "serían llevados a algún lugar para estudiarlos" y que no convenía preguntar mucho más sobre el tema.

Otras versiones mencionan la presencia de enormes helicópteros militares Chinook que llevaron en volandas a los cadáveres calcinados de estos seres, que fueron hallados a lo largo del cauce del rio Cowlitz, tributario del podoreso Columbia. Elementos de la policía local y de la oficina del comisario afirmaron haber visto los brazos y piernas quemadas de estas criaturas sobresaliendo de una gran red que colgaba de una cuerda unida al fuselaje del Chinook. Como si fuera poco, el autor Robert Lindsay reproduce una entrada del Bigfoot Track Record que indica que un un total de 20 cadáveres de Piegrande habían sido sacados de las aguas del rio antes de ser enterrados en un relelno sanitario, y como colofón, el detalle alucinante de que uno de estos seres, sufriendo de quemaduras graves, había sido rescatado por miembros de la tribu yakima y posteriormente confiscado por militares.

Monstruos de la costa este

Entre 1973 y 1976, la región del estado de Maryland entre las concentraciones urbanas de Baltimore y Washington D.C. experimentaron una racha de avistamientos de “grandes monstruos peludos” que a pesar de su hirsutez y tamaño no tenían nada que ver con el célebre Bigfoot o Pie Grande de la costa del Pacífico. Estas violentas criaturas merodeaban el entorno suburbanita de White Marsh (donde ahora existe un importante centro comercial), atemorizando a los vecinos y desafiando a los agentes del orden público que no sólo las vieron, sino que dedicaron gran parte de su tiempo libre a perseguirlas. Para estos policías municipales y estatales, las criaturas de ojos verdes fosforescentes y gritos ensordecedores no eran fruto de ningún azar evolutivo, sino de la mano del hombre. En un incidente ya legendario, uno de estos seres se dedicó a lanzar grandes barriles llenos de productos líquidos contra los policías que se habían personado al patio de un almacén en el que merodeaba el intruso.

El sargento George Brooks del cuartel del condado de Essex recordó un caso de 1976 en el que una vecina de Harewood Park se comunicó con las autoridades después de haber visto un ente simiesco de 2 metros de estatura corriendo por el patio de su casa. El sargento Brooks quedó atónito al llegar al lugar de los hechos para descubrir que el perro pastor alemán de la señora – un animal de noventa libras de peso – había sido desgarrado a la mitad por “algo” de fuerza descomunal. El policía afirmó haber encontrado huellas de pisadas y haber escuchado un grito ensordecedor que provenía desde la arboleda cercana. “Cuando llegamos al lugar encontramos las huellas y hallamos fibras de pelo cuando aquella cosa atravesó una alambrada de púas. Escuchamos sus gritos, pudimos oler su hedor a azufre, vimos sus huellas, pero nunca pudimos verla. Pensamos que pudo haber nadado desde el Arsenal Edgewood (el antiguo nombre del polígono de Aberdeen) y que pudo haberse tratado de alguna especie de mutación genética. Los militares estaban muy interesados en el caso, pero jamás nos llevamos bien con ellos, si enteniende lo que le quiero decir”. (Entervista con Mark Opsasnick, revista Strange No.3, p. 65).



En junio de 1976, Clive Miller, otro vecino de Harewood, manifestó que docenas de soldados provenientes del polígono de Aberdeen se habían internado en uno de los pantanos circundantes para salir con alguna especie de enorme animal muerto embutido en una bolsa de lona. La aparente captura del ente no puso fin a las manifestaciones de otras criaturas, que se prolongaron por varios años despues.
Tanto los elementos de la policía como los investigadores de lo paranormal comenzaron a recibir testimonios de pescadores y marineros que frecuentaban las aguas del golfo de Chesapeake cerca de la salida al mar del polígono de tiro Aberdeen. Los testimonios hacían mención de experimentos sumamente extraños que estaban tomando lugar en la isla Poole, un centro de investigaciones adosado al polígono. Tom Sobotka, el más visible de estos pescadores, hizo la siguiente declaración al prestigioso diario Washington Post (17 Octubre 1976): “Hay muchas cosas que están sucediendo en Edgewood que no conocemos: experimentos y mutaciones. Ellos lo mantienen todo en secreto, pero hallaron un orangután muerto cerca de las vías férreas hace dos meses. Un guardia me dijo que en la sección que tienen ahí hay cosas increibles, como experimentos con humanos...”
El pescador agregó que era facil encontrar mutaciones en las aguas que rodeaban la isla Poole, como “un pez con patas de ciervo” (por inverosímil que pueda sonar). Pero existía un hecho comprobado, y es que la isla había sido vedada a la población civil. La investigación pudo establecer la existencia de cantidades considerables de agentes teratogenicos como percloretileno, tri-iso-propilo fosfato y otros en la región, liberados accidentalmente o a propósito en el perímetro del polígono de tiro. La posibilidad de experimentos con hibridos de simios y humanos no fue desechada por los investigadores, cuyos expedientes mencionan al menos un caso de cruce simio/humano que fue detenido al último momento.

El historial de casos de aquel lejano año sugiere que algo en efecto se había escapado del antiguo polígono Aberdeen. En el mes de mayo, una vecina afirmó haber presenciado como un ser de dos metros de alto corría de un lado de su traspatio al otro – criatura que tal vez pudo haber sido responsable de la muerte por desangramiento de su perro pastor alemán. Los investigadores hallaron huellas de 45 centímetros y un hedor insoportable, escuchando también los alaridos del ser en la zona boscosa circundante. A los pocos días, los maquinistas de un tren de la AMTRAK vieron un ser peludo cruzando las vías en Harewood.

Recordando el misterio de la enigmática "bola Betz"



Recordando el misterio de la enigmática "bola Betz"

El curiosísimo artefacto conocido como la "bola Betz" - esfera que apareció misteriosamente en la casa de una familia de Jacksonville, estado de Florida, en la década de los '70 - ha permanecido como uno misterio de la ovnilogía durante décadas, pero ahora resulta que el misterio fue resuelto aquel mismo año 1974.

Escribimos lo siguiente en el libro OVNIS: Entre sueños y quimeras:

Según una noticia de Prensa Asociada del 12 de abril de 1.974, Antoine Betz y su esposa Gerri encontraron un objeto de forma esférica que pesaba unas veinte libras y cuyas dimensiones eran menores que las de una bola de boliche. El extraño artefacto parecía estar hecho de un metal altamente pulido y fue hallado justo en medio del patio delantero de la casa de los Betz.

La "bola Betz", como se le llegaría a conocer, era capaz de realizar proezas verdaderamente asombrosas, como rodar hacia un lugar determinado por su propia cuenta y regresar a la persona que la había hecho rodar; vibraba y zumbaba como respuesta a los acordes de una guitarra. El interés por la esfera la convirtió en la sensación del momento, llegando a atraer la curiosidad de la Marina de Guerra de EE.UU., que la pidió prestada a los Betz para someterla a una serie de pruebas. Los escépticos no demoraron en presentarse, alegando que la milagrosa esfera de metal no era más que una válvula de retención de una fábrica de papel, y la curiosidad del público se extinguió después de dicha aseveración.



Sin embargo, el investigador Bill Baker llegó a establecer que la "bola Betz" era tan increíble como se había pensado originalmente. Presentando los datos producidos por las pruebas oficiales, Baker comprobó que el objeto parecía albergar cuatro objetos distintos en su interior y que contaba con tres polos magnéticos no lineales: una anomalía científica. Si se le golpeaba con un martillo, el objeto producía sonidos como una campana; si se le colocaba sobre una mesa de vidrio, el objeto parecía ir "en busca" de la orilla de la mesa para luego alejarse de ella; si se inclinaba la superficie de vidrio, el objeto se desplazaba--asombrosamente--en el sentido contrario. La especulación sobre la verdadera naturaleza del objeto misterioso iba desde una sonda alienígena hasta un dispositivo antigravitatorio extraído de un OVNI derribado.


Esta es la información presentada en el boletín UFO Investigator:

"George T. Sassen, Jr. investigador regional de NICAP, ha presentado los siguientes resultados de su análisis detallado. Luego de que la familia descubriera la esfera, esta fue puesta en manos Chris Berninger del Escuadrón de Desmantelamiento de Bombas del Departamento de Defensa en Cecil Field. El objeto fue radiografiado con una máquina de 150KV. Esta unidad no fue capaz de penetrar la esfera, que fue remitida a la postre al Laboratorio de Materiales de la Instalación de Reelaboración Naval (Naval Air Rework Facility).

"El análisis radiográfico y de emisiones espectrografías comprobó que la esfera estaba hecha de acero inoxidable 431 (material de uso frecuente). La radiografía con una máquina de 300KV demostró que la esfera era totalmente hueca, con algunas inclusiones, conteniendo una bola con diámetro de 1/8 pulg., 2 o 3 bolas de 1/16 pulg., y residuos en polvo descritos como posiblemente arenosos. Las mediciones ultrasonicas establecieron que el grosor del muro de la esfera era de 1/4 de pulgada, con una exactitud de .01 pulg. El diámetro externo era de 7.96 pulg. con un peso de 21.34 libras.

"Con estas medidas, se determinó que esfera no contenía una masa apreciable de gases bajo presión. Había un tapón de 1/4 - 3/8 pulg. rectificado y pulido, soldado al costado de la esfera, posiblemente identificando la naturaleza del material particulado dentro de la esfera. El acabado superficial tenía un grosor de 127 micras con fuerte abrasión, como si la esfera hubiese rodado sobre hormigón, con una pequeña lámina triangular ausento. Puesto que el acero 431 es magnético, el laboratorio pudo localizar y marcar los polos. La esfera parecía tener un equilibrio perfecto y no exhibía comportamiento inusual sobre una superficie plana. De acuerdo con el Sr. Beringer, las extrañas acciones de rodamiento en casa de los Betz eran el producto de las deformaciones del viejo piso de piedra de la casa.

"La esfera también fue examinada por cinco científicos que formaban parte del panel del periódico National Enquirer sobre OVNIS, que estaba dispuesto a pagar $50,000 USD a cualquier persona capaz de presentar evidencia fehaciente de la vida extraterrestre.

"Lo único que no pudimos determinar es cómo fue que la esfera apareció en el patio de la casa de los Betz. La especulación más lógica sobre la naturaleza del objeto es que era parte de una válvula utilizada en el movimiento de líquidos corrosivos para una planta que convertía astillas de madera en pulpa.

"Los funcionarios de la empresa papelera St. Regis dijeron que habían descartado esta clase de equipo hacía ya unos 15 años. Quizás lo hayan conseguido de parte de algún ropavejero, dijo un portavoz de la empresa.