Monday, September 24, 2012

John Keel: Los Silenciadores de OVNIS













Los Silenciadores de OVNIS
Por John A. Keel
Revista SAGA UFO REPORT - Anuario 1976)

(Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi)

Los aviones no se dejaban ver mucho en 1924. Algunos tozudos pilotos del correo aéreo justo comenzaban a abrirse camino en sus vetustos biplanos, y un puñado de acróbatas del aire se daban cita en las ferias rurales a bordo de sus decrépitos “Jennies” de la primera guerra mundial. Pero la mayoría de los estadounidenses nunca había visto un avión, y cuando llegaban a escuchar el sonido crepitante de un motor en el aire sobre las ciudades y suburbios, la gente salía corriendo a la calle a maravillarse de lo que pasaba en el cielo.

En el mes de mayo de ese año hubo gran emoción en las aisladas granjas cerca de Gem, Virginia Occidental, en el condado de Braxton cuando apareció de repente un enorme aeroplano, bamboleándose y acercándose más y más a la tierra hasta zambullirse en medio de un bosque, aparentemente chocando. Según el granjero que lo presenció todo, era “tan grande como un crucero de combate” y parecía no tener alas. En aquellos tiempos, cualquier estrellamiento de un avión representaba una noticia importante que ocupaba los titulares de prensa en todo el mundo. Así que un periodista local, el fallecido John Cole, se unió a la brigada de socorristas que se dispuso a buscar los restos del aparato. Barrieron el bosque de manera sistemática, hallando los restos en un pequeño claro.

“Sin embargo, no fuimos los primeros en llegar,” recordó Cole casi 40 años después. “Ya había cinco o seis hombres en el claro. Algunos de ellos estaban vestidos en trajes negros formales, corbatas y todo eso, y resultaba tonto verlos así en el bosque. Otros estaban vestidos con trajes de color raro...un tejido muy brilloso. Hablaban entre sí en un idioma extranjero muy rápido cuando nos encontramos con ellos. Los hombres vestidos de mamelucos brillantes corrieron a ocultarse. Algunos de los nuestros iban armados, y uno de ellos me dijo: “¡Por Dios, son espías!” y comenzó a elevar su rifle. Le dije que bajara el cañón.

“Los forasteros eran de baja estatura, poco más de cinco pies de alto, y eran de aspecto asiático. Ya sabes, de pómulos altos, ojos rasgados y tez oscura. Uno de ellos hablaba inglés con un acento peculiar. Nos dijo que no había heridos, que todo andaba bien, y que se comunicaría con el comisario más tarde para presentar un informe completo. Pero no lo hizo, y no había nada que pudiésemos hacer. No se había cometido ningún delito y no hubo heridos”.

John Cole tenía unos ochenta años de edad al momento de producirse la entrevista, pero su mente era aguda y sus recuerdos nítidos. Nunca había leído nada sobre platillos voladores y afirmaba no tener conocimiento de los Hombres de Negro.

“Y aquí viene lo gracioso”, prosiguió. “Mientas que buscaba, vi un pequeño cachivache de metal en el suelo. Lo recogí y decidí quedármelo. Me lo guardé en el bolsillo. Al final nos fuimos todos, dejando que los forasteros lidiaran con los escombros. El aparato no parecía una maquina voladora. De hecho, hubiese sido sorprendente que pudiese volar. Era como el fuselaje de un avión moderno, con ventanas y todo, pero carecía de alas, cola o hélices. Y como dijo el granjero, era enorme. Yo diría que tendría unos 75 pies de largo, y que llenaba el claro del bosque”.

“Volví a casa. En aquel entonces, vivía en las afueras de Weston. Decidí acostarme enseguida después de la caminata del día. A eso de las tres de la madrugada escuché golpes contra la puerta. Me levanté a ver quien era y vi un oficial del ejército, vestido en uno de esos uniformes con sombrero de ala ancha que llevaban antes, y con los envoltorios que solían ponerse en las piernas. Era un uniforme del ejército estadounidense, pero en aquellos tiempos no solían verse muchos soldados. En fin, salvo por la ropa que llevaba puesta, era idéntico a los forasteros que habíamos visto con el avión. Ojos rasgados, tez oscura, pero tal vez un poco más alto”.

“Me dijo: usted se llevó algo ayer. Nos lo tiene que devolver. Yo estaba medio dormido y no sabía a qué se refería. Luego me acordé del cachivache. Fui a donde había colgado mi abrigo y lo saque del bolsillo. Le pregunté: ¿se refiere a esto? No contestó. Lo tomó y se alejó caminando. Parecía no tener ni caballo ni automóvil. Me volví a acostar, pero al día siguiente comencé a preguntarme cómo había conseguido rastrearme. Varios días después pude volver al bosque y localicé el claro. Estaba vacío. La hierba y los arbustos estaban aplastados dónde se había hallado el avión, pero no había señas de más nada ni nadie. El granjero afirmó haber visto algunas luces en el cielo a la noche siguiente y pensó que aquello había despegado en aquel momento”.

“¿Sabes? nunca se me ocurrió escribir sobre eso para mi periódico. Después de la vistita de aquel militar, pensé que se trataba de algo secreto de ejército y que lo más prudente era dejar el asunto en paz”.

El condado de Braxton produjo una serie de avistamientos de ovnis y monstruos en la década de los ’50 y ’60, y me topé con el Sr. Cole durante mis investigaciones de aquellos casos más recientes. Varios años después, recibí una carta de un hombre en el noroeste que relataba un incidente casi idéntico que supuestamente ocurrió en Oregon en la década de 1930. Se había estrellado un avión de características extrañas. Los granjeros locales recogieron sus piezas, y poco después recibieron la visita de oficiales del ejercito que recogieron los “recuerdos”. Variaciones de esta mascarada ocurrieron en Inglaterra en 1909 y más recientemente en España. Los investigadores contemporáneos del fenómeno OVNI se han esforzado en vano por conectar a estos hombres misteriosos con la CIA y los militares, acusándolos de formar parte de una gran conspiración con el fin de “ocultar la verdad” de los platillos voladores al público. Pero se han dado a conocer cientos de episodios parecidos que han sido examinados minuciosamente por investigadores civiles altamente calificados. Es obvio que estos Hombres de Negro (denominados así por ir vestidos casi siempre en trajes oscuros) no representan ningún gobierno conocido, sino que están relacionados con el fenómeno ovni en sí. Su propósito esencial consiste en crear confusión e impedir que los investigadores oficiales del fenómeno conozcan la verdad sobre los ovnis. Y han realizado su labor de manera encomiable. A pesar de 27 años de investigaciones y controversias, las autoridades no han dado con evidencia real de ningún tipo. Aparte de los círculos de hierba quemada y agujeros en la tierra, ningún investigador ha conseguido obtener los escombros físicos de un ovni. Lo peor es que las hábiles intrigas de los HDN han logrado convencer a los investigadores oficiales e independientes de que muchos informes fidedignos de ovnis no eran sino “fraudes”. En varios casos,, los testigos e investigadores se han visto desacreditados por semejantes manipulaciones.

Como la mayoría de los entusiastas de los ovnis creen que los platillos voladores son naves espaciales de otro planeta, no pueden encajar la presencia muy humana de los HDN en sus teorías. Monstruos de ojos insectoides y múltiples brazos son más aceptables como pilotos de los ovnis que señores de tez oscura y aspecto asiático. Por supuesto que ha habido casos de monstruos en la casuística de los aterrizajes y encuentros, pero los informes con pilotos de aspecto humano los superan con creces. Este hecho ha llevado a muchos investigadores importantes del fenómeno ovni a especular que los platívolos tal vez puedan provenir del otro lado del telón de bambú en Asia. Pero en 1967 la agencia de prensa TASS acusó abiertamente a la CIA de controlar el fenómeno y causar las manifestaciones generalizadas en Tashkent, que se encuentra en el suroeste de Rusia. Dichos avistamientos parecen haber reavivado las creencias religiosas y los oficiales soviéticos consideran tales acciones como parte de una endiablada conspiración capitalista.

Hoy en día el término Hombres de Negro es genérico y se le aplica a cualquier sujeto misterioso que se persona en el lugar de los hechos de cualquier suceso paranormal. No siempre visten de negro ni tienen aspecto oriental, sino la tez aceitunada, mientras que otros parecen estar profundamente bronceados -- ¡hasta en pleno invierno! A menudo caminan de forma temblorosa, desplegando síntomas de la enfermedad de descompresión (una reacción al exceso de nitrógeno en la sangre). Hablan de forma lenta, como si recitaran discursos memorizados. Tienen ojos oscuros, descritos a menudo como “hipnotizantes”. Muchos testigos han comentado sobre su cabello, que a menudo es de color poco natural, como si lo hubiesen teñido. Algunos tienen cabello muy corto, a lo militar, con un círculo rasurado hacia la nuca. Carecen de sentido del humor, pero cuando se ríen, emiten una especie de carcajada enloquecida. Algunos parecen tener dificultades con la respiración, jadeando entre palabra y palabra. En algunos casos los HDN parecían perfectamente normales en todos los sentidos hasta cometer un error mínimo. Cuando se les ofreció un plato de gelatina, uno de estos HDN “más normales” trató de bebérsela. Cuando se le ofreció un cigarro a otro, intentó comérselo en vez de encenderlo.

La mayoría de los HDN están muy bien vestidos en trajes caros de buena hechura, de color negro o gris, y de material lustroso, ligeramente reflectivo. En varios casos se les ha visto usar calzado con suela de goma inusualmente gruesa. Una consistencia rara en estos informes es el hecho de que su ropa a menudo parece recién estrenada. Las suelas de sus zapatos parecen no haber tocado tierra jamás. Tienen el aspecto de haber salido de una tienda de ropa de caballeros. Sin embargo, en varios casos, su flamante atuendo está fuera de moda: vestían estilos que habían estado fuera de moda por muchos años, o más raro aún, ¡estilos que no serían vistos hasta muchos años después! Este distintivo peculiar se extiende a sus vehículos. Se les ha visto en coches que eran de 20 años de edad – o más viejos aún – pero tan perfectos como si hubiesen salido de la sala de exhibición. Los testigos que han entrado a los vehículos de los HDN afirmen que hasta huelen nuevos.

Su método favorito de transportación ha consistido en automóviles Cadillac negros con cristales ahumados, pero en años recientes también se han manifestado en Volkswagens y Fords. Un testigo en el “midwest” estadounidense alega haber recibido la visita de un hombre alto, sumamente delgado y de aspecto cadavérico, viajando en un coche que parecía estar hecho de piezas de distintas marcas y modelos. Se habla con frecuencia de caravanas, furgonetas y camiones “fantasma”. Los testigos en varios casos han logrado conseguir el número de matrícula de los enigmáticos vehículos pero las verificaciones de la policía revelan la inexistencia de tales números.

Este fenómeno no está limitado a los EE.UU. – los HDN también aparecen en informes en muchas partes del mundo, incluyendo Italia, Alemania, España, Gran Bretaña y Suecia. En 1973, un joven periodista sueco que investigaba un caso OVNI estaba sentado en un restaurante en las afueras de Estocolmo cuando un extraño se dirigió hacia su mesa y se sentó sin haber sido invitado. “Debes renunciar a tu interés en los platillos voladores”, declaró el sujeto en sueco perfecto. Antes de que el periodista pudiese formular preguntas, el hombre se levantó rápidamente y salió del restaurante. Lo único inusual del personaje, recuerda el reportero, es que la ropa parecía no quedarle bien.

Hay numerosos episodios de este tipo en los EE.UU. En 1968, Peter Stevens, un joven contratista de la construcción cerca de Albany, N.Y., estaba sentado en un cafetín cuando un hombre “alto, bronceado y de aspecto melancólico” se sentó a su lado.

“Ha habido gente mirando el cielo todas las noches a las orillas de río en Scotia”, dijo el hombre de repente, mirando a Stevens detenidamente. “La gente que busca OVNIS debe tener mucho, mucho cuidado”. Al igual que el hombre misterioso en Suecia, este abandonó el local a toda prisa. Le pedí a Stevens que me hiciera varios dibujos del hombre y que me enviase uno de ellos. Me envió el mejor de todos. Semanas mas tarde, Stevens y su esposa regresaron al hogar para descubrir que su casa había sido saqueada. Pero lo único que faltaba eran los dibujos del HDN. Peter Stevens falleció repentinamente dentro de pocos meses.

Los contactados de los platillos voladores parecen tener más problemas con estos hombres misteriosos que cualquier otro grupo. No es inusual que el testigo reciba la desagradable visita de estos individuos nocturnos poco después de haber tenido un encuentro ovni. EL procedimiento estándar consiste en amenazar al testigo abiertamente, advirtiéndole que no debe compartir su experiencia ovni. Si el testigo ha logrado rescatar cualquier evidencia física, el HDN se la requerirá forzosamente. Sin embargo, las variantes del juego son interminables.

Stan Gordon, uno de los investigadores ovni más activos de Pennsylvania, se ha topado con casos de HDN que involucran no solo OVNIS sino grandes monstruos peludos (en 1973-74 hubo una epidemia de monstruos tipo “Bigfoot” en todo EE.UU.). En un caso con estas criaturas, el monstruo se personó afuera de una casa remolque, dejando huellas bien definidas en la tierra. Los testigos se comunicaron directamente con Gordon, y las huellas no fueron mencionadas en la prensa local, pero mientras que fotografiaban las impresiones dejadas por el ser, una furgoneta con tablillas del estado de Ohio se detuvo en la calle. Un hombre que parecía estar un tanto ebrio se bajó del vehículo, miró las huellas, y le arrancó las instantáneas Polaroid al testigo, diciendo: “Acabas de tomar fotos de nuestra parte”. Acto seguido, comenzó a patear las huellas, destruyendo la evidencia. Los testigos se enfurecieron y amenazaron con llamar a la policía, pero el hombre corrió hacia su vehículo y se apartó del sitio a toda velocidad. Al igual que en muchos otros casos, el número de la tablilla no estaba registrado (detengámonos a pensar sobre esto. Hay casi 100 millones de matrículas en los EE.UU. El que intente falsificar un número falso casi seguramente daría con un número que ya existe y que se encuentra en uso.

Las tácticas de los HDN son a menudo más sutiles. Son impostores sagaces. Durante años los investigadores ovni escucharon narraciones sobre las amenazas proferidas por oficiales de la fuerza aérea a los testigos. Jamás se molestaron en reunir descripciones físicas de estos oficiales; sencillamente creyeron que la USAF estaba practicando una especie de “conspiración de silencio”. Después de una oleada de tales “silenciamientos” en 1967, descubrí que los testigos habían sido visitados por agentes falsos – a menudo hombres de baja estatura con facciones asiáticas – quienes adoptaban los nombres de personal militar auténtico de bases cercanas. Por ejemplo, si el sargento Snodgrass estaba acantonado en la región, un “coronel Snodgrass” visitaría los testigos locales. En febrero de 1967, el cuartel de la Fuerza Aerea en el Pentágono reconoció la existencia del problema, emitiendo una circular a todos los mandos en que solicitaba que los responsables de seguridad estuviesen atentos a la presencia de estos “aviadores fantasma”. Puesto que impersonar a un militar constituye una infracción de las leyes federales, se alertó al FBI y sus agentes tomaron parte activa en varios casos de ovnis. Pero los HDN se mantenían esquivos.

En varias ocasiones casi llegué a cruzarme con los dinámicos HDN. Durante una visita a testigos en la Long Island de Nueva York en 1967, me hospedé en un motel seleccionado aleatoriamente. Antes de haber tenido la oportunidad de desempacar mi cepillo de dientes, sonó el teléfono y acabé por hablar con una voz masculina resonante, monótona como si fuese una grabación. Me advirtió que debía conducir a un sitio llamado High Hold, el punto más alto en Long Island. Antes de poder hacerle preguntas, se cortó la línea. Así que subí los angostos caminos de tierra con cuidado, convencido de que era víctima de un fraude. Pero cuando llegué al lugar del encuentro, me sorprendió toparme con una gran limusina negra, estacionada y aguardándome. Seguí de paso lentamente y la limusina encendió y apagó sus faros. Pude ver dos hombres sentados en el asiento delantero, y en la tenue luz, tenían un aspecto decididamente asiático. Tuve que conducir varias yardas antes de poder hacer un viraje – me proponía estacionarme detrás de la limusina, pero al cercarme, el chofer encendió el motor y comenzó a alejarse lentamente. Seguí el vehículo por entre las colinas hasta llegar a una curva, donde se perdió de vista. Al doblar la curva, me sorprendió ver que la carretera no tenía salida y que el automóvil se había esfumado del todo. No había carreteras laterales ni virajes.

Decidí posteriormente que todo el episodio había sido concertado para convencerme de que los testigos decían la verdad cuando hablaban de asiáticos en Cadillacs negros. Durante mis investigaciones posteriores en distintos estados del país tuve otros encuentros fugaces con los hombres del misterio y sus vehículos fantasmales.

Docenas de investigadores, incluyendo personalidades bien conocidas como Ivan T. Sanderson, Otto Binder, Brad Steiger, el Dr. James Mc Donald y el Dr. J. Allen Hynek también se vieron envueltos en casos de HDN. Todos tuvimos experiencias desagradables con enigmáticos vigilantes telefónicos. El teléfono de Sanderson en su granja en las montañas de Nueva Jersey se vio plagado de ruidos hostigantes e interferencia, y sus cartas parecían estar estrechamente vigiladas. Cuando Otto Binder escribía su primer libro en marzo de 1967, también experimentó hostigamiento telefónico. Peter Stevens y su esposa tuvieron que cambiar su número telefónico, pero aun así, el hostigamiento telefónico persistió aún después de haber cambiado a un número que no figuraba en el directorio. Los investigadores siguen teniendo problemas parecidos. Stan Gordon reveló en fechas recientes que “una gran cantidad de información con informes de nuestros investigadores y declaraciones juradas de los testigos nunca ha llegado a nuestras oficinas. Un investigador que presentó información detallada sobre un caso muy extraño nos remitió el informe tres veces, y no recibimos ninguna de las copias”.

¿Quién, de hecho, tiene la capacidad de controlar el correo, los teléfonos y las estaciones de radio en todo el mundo? ¿Hay personas de un mundo lejano conduciendo por las carreteras rurales de Long Island en Cadillacs negros? ¿Acaso tenía razón Ivan Sanderson al afirmar que estamos enfrentando seres originarios de nuestro propio mundo? Alguien ha tratado de convencernos por muchos años que aquellas cosas en el cielo son naves inofensivas de otro mundo. Mientras que sigamos creyendo en eso, y si seguimos creyendo que vienen de un punto más allá de nuestro insignificante alcance, parece que estamos relativamente seguros. Pero cuando miramos en el sentido contrario – hacia la Tierra en sí – escuchamos alguien que toca a nuestra puerta en plena madrugada.

Saturday, September 22, 2012

John Keel: OVNIS - La Evidencia Médica















OVNIS: La Evidencia Médica
Por John A. Keel
Revista SAGA UFO Report - Marzo 1978

(Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi)

La evidencia más contundente que tenemos al momento sobre el fenómeno ovni es también la menos investigada y la menos entendida. Nos referimos a los extraños efectos médicos que a menudo abruman a los testigos de la actividad ovni. Pocos médicos se han interesado por el fenómeno, y aún menos han tenido la oportunidad de reconocer a los testigos poco después de sus experiencias. Por ese motivo hay poca literatura médica fehaciente sobre el tema, y la mayoría de los investigadores del fenómeno ovni se han tenido que conformar con los trozos de metal, la tediosa medición de agujeros en la tierra, y el esmerado pero mayormente inútil análisis de fotografías aleatorias. Los testigos en sí quedan relegados al olvido.

Dos de los efectos médicos que se observan más a menudo en los encuentros cercanos son los ojos amoratados (lo que han leído – los moretones de toda la vida) y las extrañas maracas rojas en el cuello, casi siempre justo por debajo de la oreja derecha. El contacto con entidades de los ovnis puede ser violento. Los testigos recuerdan haber acusado un golpe en la cara o en el cuello antes de desvanecerse, cayendo en trance o coma. Muchos recuerdan haber sido penetrados por agujas largas o instrumentos en el vientre, y las heridas punzantes permanecen visibles por muchos días después de la experiencia. Otros recuerdan la extracción de sangre de sus barbillas o gargantas, y otros se quedan con lesiones cutáneas que pueden perdurar por meses.

Si los ovninautas están llevando a cabo experimentos médicos en seres humanos, entonces un estudio cuidadoso y competente de estas heridas pudiese ofrecernos huellas sólidas de la naturaleza concreta de esos experimentos. Por desgracia, la tendencia ha sido especular sin consultar a los especialistas médicos, y la aparición de tales heridas ha sido el fundamento de todo tipo de rumores. Las sondas abdominales, por ejemplo, se han explicado como un método para explorar los ovarios de las víctimas femeninas, cuando en realidad, la inserción de una aguja larga en el ombligo no sería la forma más lógica de alcanzar los ovarios, y se corre el riesgo de perforar los intestinos y la vejiga. Durante siglos, los dolores abdominales han formado parte de las narraciones de brujería, encuentros con el demonio e incidentes esotéricos, así que es muy posible que estos modernos eventos OVNI no sean mas que una versión actualizada de un fenómeno muy antiguo. La creencia de que el plexo solar es el centro vital de la actividad psíquica en el cuerpo humano se fundamenta en dichas narraciones. El plexo solar, de hecho, es el centro del sistema nervioso y contiene ciertos nódulos linfáticos significativos. Las sondas abdominales tal vez tengan por mira vaciar el fluido de dichos nódulos y no buscar los ovarios, más distantes.

¿Qué son los nódulos linfáticos? Esencialmente, son órganos con forma de frijol cuyo propósito principal consiste en filtrar los materiales tóxicos e infecciosos de la corriente sanguínea, destruyéndolos posteriormente. Cuando nos enfermamos, suele producirse una inflamación de los nódulos. Por ese motivo, su medico realiza un palpo por debajo de su barbilla y a lo largo de su garganta, extendiéndose a veces hasta la ingle durante un reconocimiento. Los nódulos linfáticos están situados en todas estas partes, así como en las axilas y varios otros lugares. Los nódulos debajo de la barbilla y las orejas son propensos a la inflamación durante una enfermedad. Marcas de color rojo, a menudo del tamaño de una moneda estadounidense de veinticinco centavos, aparecen en los cuellos de muchos contactados por los ovnis justo después de sus experiencias. Se encuentran justo por encima de estos nódulos. Si los ovninautas desean extraer y analizar el fluido linfático, la mejor forma de hacerlo sería perforando la barbilla o el lado del cuello. Puesto que pocos saben algo sobre sus nódulos linfáticos, asumirían de manera automática que se les extrae sangre de su barbilla o del cuello. El procedimiento sería casi idéntico a la toma de muestras de sangre.

Hoy tenemos cientos de casos en los que el testigo pensaba que los ovninautas tomaban muestras de sangre. Durante muchos de estos casos, los testigos quedaron expuestos primero a un gas desconocido, o recibieron una pastilla, o se les hizo tomar un líquido. Por este medio, una sustancia extraña – tal vez hasta venenosa – es introducida en sus cuerpos. Posteriormente, el fluido del sistema linfático pudo haberse extraído y analizado para ver qué tan eficientemente maneja el cuerpo humano la introducción de dicha toxina.

Otra posibilidad apunta a que los sujetos recibieron alguna droga, tal vez un alucinógeno, y que al finalizar su experiencia, el fluido de sus nódulos linfáticos fue analizado tan solo para asegurar que sus cuerpos respondían correctamente y que no iban a sufrir secuelas graves.

Dicho de otro modo, algo mucho más complejo que la toma de muestras sanguíneas aleatorias ha tomado lugar en estos casos. La toma de muestras aleatorias tiene poco sentido, después de todo. Hasta nuestras propias técnicas médicas son tan adelantadas en la actualidad que podemos detectar un sinnúmero de malestares y enfermedades con una sola gota de sangre.

No por esto debemos pasar por alto el hecho de que la sangre desempeña un papel importante en los misterios esotéricos de la década de los ’70. Miles de animales en distintos países han sido hallados mutilados en zonas de macroavistamientos OVNI en fechas recientes, y en cada caso, los cadáveres han sido hallados sin una gota de sangre. Esto significa que alguien se ha tomado el trabajo de recopilar varias toneladas de sangre animal para fines desconocidos. Sería muy fácil que los mutiladores desconocidos atacaran a los seres humanos aislados para vaciarlos de sangre... si es que requieren de su sangre. Pero esto no ha sucedido. A menos que las miles de personas que han desparecido de manera total e inexplicable cada año han sido víctima de estos vampiros modernos.

El síndrome de los ojos amoratados es tan sorprendente como el de los análisis de nódulos linfáticos, y está muy relacionado con el fenómeno de los Hombres de Negro (HDN) Las personas que afirman haber sido visitados por los misteriosos HDN a menudo reciben ojos amoratados que – según ellos – fueron la consecuencia de un golpe inesperado por los HDN.

Existen varias clases de HDN y parecen estar estrechamente ligados con el fenómeno ovni en una forma insospechada. Mientras que muchos contactados que conducen solos a lo largo de carreteras lejanas en la noche afirman haberse topado con un ovni en tierra, y luego haber sufrido un dolor agudo cuando un ovninauta les toca o golpea en el lado del cuello (dejando una marca roja visible posterioremente), la victima de los HDN es a menudo introducida violentamente en un vehículo, recibiendo un golpe o una dosis de gas o droga. Ambas experiencias son curiosamente parecidas. Parece que dichos encuentros requieren de alguna clase de contacto físico, a menudo violento. Pero, ¿por qué?

Sabemos que el lavado de cerebro desempeña un papel importante en los casos de contacto con OVNIS. Sabemos también que muchos testigos conservan recuerdos vivos de estos incidentes – o confabulaciones – que han sido insertados en sus mentes, aparentemente para cubrir los que les ha sucedido. Así que su recuerdo de haber sido golpeados en el ojo puede ser tan falsa como la memoria de la inserción de una aguja en sus vientres. Se produce a veces algo innegablemente físico, pero tal vez no sea lo que ellos recuerdan.

Un método contemporáneo de cirugia cerebral consiste en penetrar la orbita del ojo para llegar a los nervios, etcetera en vez de taladrar un agujero en el cráneo. Los pacientes sometidos a esta dramática intervención quirúrigca acaban con espectaculares ojos amoratados que perduran a veces por días.

¿Será que los testigos que salen de un encuentro con OVNIS o HDN con un ojo amoratado han sido sometidos a una delicada intervención quirúrgica del cerebro? Es un pensamiento aterrador, pero los investigadores en todas partes del mundo han recopilado una montaña de evidencia que sugiere que muchos testigos de los ovnis experimentan alteraciones radicales de sus personalidades y estilos de vida, y pueden haber sufrido algun tipo de neurocirugía radical.

Por muchos años, los ovnílogos se dedicaron a la tarea de comprobar la realidad de los ovnis a un mundo escéptico. Durante gran parte de estos años, la mayoría de los investigadores intentaron hacer caso omiso de los informes de aterrizajes y de contactos, y nunca se le ocurrió a nadie (con la posible excepcion de la CIA) realizar estudios cabales de los testigos. El resultado es que muy pocas personas activamente investigaban el propósito principal que atrae a los ovnis. Y seguramente les atrae algo. Ahora comenzamos a atisbar ese “algo”: estan realizando estudios altamente complejos del cuerpo humano. Para realizar este programa sin infundir temor, superstición o ansiedad, se ha creado una cortina de humo de guerra psicológica, generando absurdas historias de contactismo, creando situaciones contradictorias que acabaron por confundir a los investigadores militares y civiles, produciendo fraudes y tonterías que crearon desarmonía entre los pocos civiles que se dignaron en tomar el fenómeno en serio. Estas tácticas tuvieron un éxito tremendo. De haber tomado en cuenta el aspecto médico de antemano, y haber estudiado la gente en que el fenómeno OVNI parece haberse interesado – los testigos de los encuentros cercanos – tal vez hubiésemos desarrollado algunas respuestas concretas a las interrogantes que nos atormentan.

Si los ovninautas están interesados en nuestros sistemas linfáticos y en los demás mecanismos de defensa del cuerpo humano, tal vez todos deberíamos preocuparnos de aquellas luces raras en el cielo nocturno.

Friday, September 14, 2012

Rescatados del Olvido: La Oleada de 1975













Rescatados del Olvido: La Oleada de 1975
Por Jerome Clark (Sección “Saucer Central, USA” – Revista SAGA UFO ANNUAL 1976)
Traducción de Scott Corrales para Arcana Mundi

El primer informe significativo de OVNIS de 1975 fue un incidente que tomo lugar en diciembre de 1974. Pero el testigo – el granjero William Bosak de Frederic, Wisconsin – decidió guardarse el relato durante mes y medio antes de comunicárselo a Dewey Berscheid del St.Paul Pioneer Press. El articulo de Berscheid salió el 19 de enero de 1975. Entrevisté al granjero 9 días después, y me relató detalles posteriores de su encuentro inusual con un tripulante sumamente raro de un OVNI.

Bosak afirmó que regresaba a su casa a eso de las 10:30pm conduciendo entre la densa bruma que cubría el Camino Vecinal W cuando a unas seis millas al este de Frederic, los faros de su vehículo iluminaron lo que el testigo describe como “la cosa mas rara que se haya visto jamás”.

Era un objeto con forma de disco. Su parte inferior estaba oculta por la niebla, aparentemente descansando sobre el camino. Dentro de “un frontal curvo de vidrio” había una criatura que, según Bosak, “estaba tan asustada como yo”. Sus ojos de aspecto normal sobresalían por el miedo, y la criatura elevaba sus manos por encima de la cabeza.

Durante los 10 segundos en que Bosak pudo ver la criatura, percibió que era esencialmente humana (aunque la mitad inferior estaba oculta por la bruma, al igual que el resto del OVNI). Tenia dos brazos, un rostro con ojos, nariz y boca normales. Pero su cuerpo parecía estar cubierto por un pelambre oscuro, salvo por la cara y la barbilla, que estaban lisas. El pelambre que corría a los lados de la cabeza daba la impresión de estar peinado hacia atrás.

Bosak creyó por un instante que la criatura llevaba un uniforme, pero su inspección no detectó ni botones ni costuras.

Pero las orejas del ser representaban el rasgo más extraño. Para Bosak, ganadero avezado, le recordaban a las orejas de un ternero, y se proyectaban a tres pulgadas del lado de la cabeza. “Tenía la nariz y la boca muy chatas, pero no puedo recordar bien. Había mucha niebla y estaba estremecido”.

“Lo primero que pensé fue: ¿que diantre es eso? Iba a detenerme pero decidí no hacerlo. Ellos son mucho más adelantados que nosotros y pensé que si me salía del coche, era posible que acabase muerto en el arcén. Al día siguiente la gente creería que me había muerto de un infarto”.

Bosak se alejó del lugar, y al hacerlo, las luces de su vehículo se atenuaron por un momento. Pudo escuchar un sonido susurrante y suave. El OVNI había quedado atrás en las brumosas tinieblas.

“Tenía tanto miedo que me daba salir de noche”, dijo en enero. “Ya me he recuperado del susto, pero estaba muy alterado por varias semanas”.

El encuentro de Bosak se produjo durante una oleada OVNI que tuvo su comienzo el otoño anterior y finalizó a comienzos de la primavera de 1975.

El primer encuentro OVNI que se produjo en 1975 propiamente dicho fue uno sumamente raro.

El testigo lo fue David Mahon de Brownstown, Illinois. Durante la tarde del 5 de enero, Mahon, un aficionado a la fotografía, se dirigió a la parte posterior de la casa de granja de su familia para tomar algunas instantáneas de su perro. Pero lo que acabó por retratar fue algo sumamente distinto.

“De repente”, Mahon explicaría posteriormente al reportero Cliff Linedecker. “las orejas de mi perro se crisparon, y el aire a mi alrededor se llenó de un sonido sordo, parecido al sonido que hace un generador eléctrico. Mirando hacia la casa llegué a ver un gran objeto con la forma de esos platívolos de los que siempre habla la gente”.

El objeto salió del suroeste, pasó sobre la granja y se detuvo justo sobre la cabeza de Mahon a un altura de 100 pies. El joven alcanzó a ver un “domo” en la parte superior del platillo y “marcas peculiares” en su costado.

“Temblaba como una hoja y se me hacía difícil mantenerme erguido,” dijo, “pero tuve que hacer algo y de prisa. Así que tomé mi cámara de 35mm y comencé a darle al obturador. Logré tener el objeto en la mirilla un total de 5 veces. Se movía rápido y me temblaban las manos. De otro modo me hubiese sido posible tomar más fotos”.

La parte más rara del episodio tuvo su comienzo en ese momento. Mahon dice haber desfallecido, recordando tan solo una sensación peculiar de levitación – como si el OVNI lo estuviera llevando en volandas.

Acto seguido, se encontraba en un compartimiento de dimensiones reducidas, tal vez 5 pies en diámetro. No le era posible mover el cuerpo, salvo la cabeza de un lado a otro. “La única fuente de luz provenía de una serie de luces anaranjadas que parecían rodear el cubículo a la altura de mi cintura. Creo que el piloto del platillo volador me estaba dando un examen físico. Sentí que las luces sondeaban mi interior. No sé cómo puedo saber todo esto. Sencillamente lo sé.

después de lo que pareció menos de un minuto, Mahon se encontraba nuevamente en tierra. Al regresar a la casa, descubrió que su ausencia se había prolongado una hora entera. Su padre, a quien le confesaría la experiencia, afirmó haberlo llamado varias veces, pero sin respuesta.

Mahon llevó las fotos a revelar, y se comunicó a la postre con la Base Aérea Scott para interesar a las autoridades en su vivencia. Alguien le dijo que un oficial se comunicaría con el dentro de algunos días, pero Mahon concluyó la fuerza aérea no estaba interesada en su caso. Finalmente entregó la narración y las fotos al periódico Brownston Leader-Union.

La publicidad resultante produjo otro testigo: la señora Mary Ann Hunter de Brownstown, quien afirmó haber estado conduciendo a una milla de la granja de los Mahon con su familia en el momento de producirse el encuentro cercano de David. “De repente, algo me llamó la atención por el parabrisas trasero. Se trataba de una luz sumamente brillante que venía sobre las copas de los árboles. Traté de llamar la atención de los demás pasajeros, pero el objeto desapareció en cuestión de segundos. Aunque mi hijo menor también llego a verlo”.

Otro encuentro cercano con un OVNI sembró el pavor en dos jóvenes – Nancy Rose y Hope Saunders – mientras que miraban las estrellas desde la ciudad universitaria de Phillips Academy en Andover, Massachussets, el 20 de febrero de 1975.

A las 9 p.m., las dos vieron lo que tomaron a primeras por un avión a punto de estrellarse a unos 1200 pies de donde se encontraban, en el extremo opuesto del campo de fútbol. Repentinamente, cuando el objeto llegó a la altura de las copas de los árboles, se detuvo abruptamente y salió disparado hacia el cielo, deteniéndose nuevamente en un ángulo de 40 grados y desplazándose lentamente hacia el norte.

A estas alturas, ambas jóvenes determinaron que habían presenciado algo fuera de lo normal y corrieron hacia el campo de fútbol. A menos de 200 pies del objeto, alcanzaron a divisar una luz azul en su parte superior y una serie de luces rojas por debajo.

Llegado este punto, el objeto cambio de rumbo, dirigiéndose justo hacia las estudiantes, quienes observaron con emoción que el OVNI perdía altura al hacerlo. Se detuvo directamente sobre Rose y Saunders – a 75 pies sobre sus cabezas – permaneciendo ahí por casi un minuto.

El OVNI emitía un sonido tenue y parecía balancearse de un lado a otro. Finalmente retrocedió unos 25 pies y se desplazó para dar vueltas sobre la ciudad universitaria, donde al menos quince estudiantes mas fueron testigos del fenómeno. Rose y Saunders informaron que despareció durante varios minutos después de su avistamiento original, pero regresó, aunque a mayor distancia que durante el encuentro inicial. Fue entonces que los demás estudiantes, apercibidos por las jóvenes, vieron el OVNI.

A las 9:20 p.m. David Greef, otro estudiante, se comunicó con la policía para dar parte sobre el objeto. Dos agentes de la uniformada se dirigieron al lugar de los hechos, pero afirmaron no haber encontrado nada fuera de lo normal.

Aunque no se trataba de un encuentro extraordinariamente cercano con un ovni, lo que ocurrió a continuación ciertamente estuvo fuera de lo común. A las 9:45 p.m., un helicóptero sin marcas voló a baja altura sobre la ciudad universitaria, visualizado por un gran numero de estudiantes.

Sorprendentemente, cuando Raymond Fowler y John Giambrone hicieron pesquisas de parte de la Mutual UFO Network (MUFON) descubrieron que nadie – ni la policía local ni estatal, ni las bases militares cercanas – tenía conocimiento del helicóptero misterioso.

De tratarse de un incidente aislado, sería algo fácil de ignorar. Se trata, sin embargo, de un caso mas entre las docenas de casos sobre helicópteros no identificados (HNI) que han tomado lugar en fechas recientes. El año pasado fue particularmente prolijo en este tipo de avistajes.

Algunos ovnílogos, como John Keel, creen que los HNI son una especie de ovni. Ciertamente, la experiencia de Arlen R. Box de Henderson, Texas, parece respaldar esta teoría.

Box dice haber visto un helicóptero volando sobre un campo en Henderson, Texas un buen día al amanecer. Posteriormente se encontrarían vacas mutiladas en ese mismo sitio.

“Iba de camino al campo en mi tractor”, cuenta el granjero. “El sol estaba a punto de salir y un helicóptero voló a 200 pies de altura y a toda velocidad. Pero lo extraño es que el helicóptero era negro como el carbón, y no pude observar a nadie pilotando el aparato”.

En noches posteriores, Box dice haber visto luces raras, y cada mañana, se encontraban nuevos vacunos mutilados. Finalmente, al amanecer del último día de la semana, condujo su camión para recoger paquetes de forraje y pudo escuchar los ladridos de un perro.

“Al conducir sobre una cuesta”, explica Box, “lo que vi, o lo que creo haber visto, era algo salido del mismo infierno. Había una criatura negra saliendo de un pinar. No puedo jurar que haya o no sido un hombre, pero caminaba erguido. Era de color negro y le juro que tenía alas, porque el helicóptero negro estaba a unos 30 pies de altura y aquello salió volando a su encuentro. Tuve la sensación terriblemente extraña de que aquello no debería haber sido visto por ningún humano”.

Otras criaturas raras – que pudieron o no haber estado relacionadas con los OVNIS, espantaron las zonas rusticas del país a lo largo de 1975.

Durante los meses de septiembre y octubre en Noxie, Oklahoma, varias personas afirmaron haber visto una criatura peluda y simiesca de ojos rojos. En uno de estos casos, la criatura intercambiaba gritos y chillidos con un ser idéntico de ojos amarillos y deslumbrantes. Ken Tosh, Marion Parrett y otros testigos dispararon repetidas veces contra las criaturas, pero nunca lograron detenerlas ni hacerlas sangrar. Los animales, de hecho, parecían no ser de carne y hueso, porque en una sola ocasión dejaron un par de huellas de tres dedos. Todos los primates conocidos tienen cinco dedos.

Tampoco existe ningún animal convencional de ojos resplacendientes. Los testigos insisten que los ojos no reflejaban la luz meramente, sino que tenían luz propia.

Aunque no sucedió en Noxie, hay numerosos casos de estos “hombrimales” (del ingles “manimals”) que se manifiestan durante las oleadas OVNI. Muchos de estos incidentes han tomado lugar en Pennsylvania Occidental, donde un Ovnílogo emprendedor llamado Stan Gordon ha acumulado una impresionante cantidad de material de sus investigaciones personales.

Durante un caso reciente, por ejemplo, ocurrido el 18 de mayo de 1975 a eso de las 10:00 p.m., varias personas en el sector Gayville de Greensburg, Pennsylvania observaron un objeto ovalado con seis “ventanas” cuadradas que sobrevolaba la zona. Se montaron en su coche para perseguir el objeto a lo largo de una carretera vecinal, perdiéndolo de vista al hacer una vuelta en la Carretera 130.

A la noche siguiente y a un cuarto de milla del avistamiento OVNI inicial, un hombre que tomaba un atajo por una carretera lateral cerca de la Ruta 130 detectó algo que se desplazaba a su izquierda. Detuvo el vehículo y lo puso en contramarcha, retrocediendo una breve distancia.

A varios cientos de yardas de distancia, llegó a ver lo que creyó ser un perro pastor corriendo. Al mirar de nuevo, vio que se trataba de un ser simiesco. después de varios segundos, la criatura dejó de correr en cuatro patas y se levantó para correr como un humano, perdiéndose en la zona boscosa cercana.

Contando ambos incidentes en la revista Skylook de junio de 1975, Gordon formula la misma pregunta que ha perturbado a todos los que han investigado tales casos: ¿Se trata de una coincidencia, o existe una relación entre el fenómeno OVNI y el de las criaturas?

Podemos mencionar aquí que la criatura vista por William Bosak en Wisconsin guarda cierto parecido con su los “hombrimales” (quienes a pesar de ciertas diferencias superficiales, parecen ser algo distinto al Bigfoot de la región noroeste del Pacífico). Aunque emitir conclusiones tal vez sea apresurado en este momento, parecería ser que la respuesta a la interrogante que plantea Stan Gordon es “sí”.