Tuesday, June 26, 2012

Derinkuyu y otras ciudades subterráneas















Derinkuyu y otras ciudades subterráneas
Por el Dr. Ronald P. Anjard
(Traducción de Scott Corrales)

En la región de Capadocia en Turquía existe un antiguo complejo de unas treinta ciudades subterráneas que fueron descubiertas en fechas bastante recientes – 1963, concretamente. Estas ciudades se encuentran completamente debajo de la tierra y están interconectadas por túneles múltiples de suficiente anchura para cuatro o cinco transeúntes. Son pocos, incluyendo historiadores y científicos, los que conocen su existencia.

El más importante de estos sitios investigados hasta el momento es Derinkuyu, en donde sólo se han realizado obras limitadas debido a la falta de tiempo y recursos. El progreso en Derinkuyu ha llegado hasta el octavo nivel solamente, cuya antigüedad se calcula en 4000 años. Nadie sabe a ciencia cierta cuántos niveles existen en Derinkuyu, ni en ninguno de los otros sitios arqueológicos.

Los datos de Derinkuyu nos brindan algunas perspectivas sobre este antiguo centro urbano. Una ciudad, con alrededor de 100,000 habitantes, fue creada en los suelos volcánicos del extinto monte Ercyas. Los tres primeros niveles estaban estrechamente eslabonados. Los primeros dos niveles subterráneos incluyen cocinas, almacenes, aposentos, comedores, bodegas de vino, etc. y hasta retretes. Los túneles mencionados anteriormente disponen de respiraderos y enormes puertas de piedra (uno de estos túneles está conectado con Kaymaki, a 9 kilómetros de distancia).

Los niveles inferiores cuentan con muros, conductos de escape, salas de reuniones, tumbas y conductos de ventilación. Derinkuyu en sí cuenta con 52 tiros de ventilación con unos 8 metros de largo. Una de las salas de reuniones en el nivel más bajo que se haya excavado hasta el momento (el octavo nivel) tiene 25 metros de largo, 3.5 metros de alto y 10 metros de ancho. Parte del problema de la recuperación arqueológica se debe a los techos colapsados y los escombros acumulados por inquilinos e invasores. Durante los comienzos de la era bizantina, en el siglo VI, se dieron tres invasiones distintas en la región.

Un kilómetro al oeste de Derinkuyu encontramos la comunidad de Avan. Esta urbe subterránea tiene cientos de habitaciones ocultas. Sus características estructurales la hacen idéntica a las demás en la zona. Avan, Derinkuyu y Kaymaki son las únicas tres abiertas al turismo. Kaymaki, mencionada anteriormente, se encuentra 9 kilómetros al norte de Derinkuyu; aquí, tan solo los tres primeros niveles están abiertos al turismo, y como se dijo anteriormente, no se ha establecido el número exacto de niveles.

La última ciudad a mencionar es Dogala, 7 kilómetros al oeste de Derinkuyu. Todas las entradas están bloqueadas salvo por un conducto muy angosto. Kaymaki también dispone de túneles con puertas de piedra, cámaras de almacenamiento, aposentos, cisternas y tres grandes salas. Mientras que es posible el acceso a los dos primeros niveles, los restantes están inundados, imposibilitando cualquier estudio posterior.

Los artefactos hallados hasta el momento revelan que Derinkuyu se hallaba ocupada antes de la época de la cultura hitita, cuando Egipto estaba en su apogeo. El profesor E. Arkugal manifestó que esta civilización pacífica fue destruida sin miramientos por una invasión en el 2000 a.c., y posteriormente, durante el siglo VI, durante los conflictos entre Bizancio y los árabes, Derinkuyu y la región se vieron asoladas en tres ocasiones distintas. Tras estos ataques, los bizantinos descubrieron que vivir bajo tierra era inútil y abandonaron la ciudad a los elementos. Los conductos de aire fueron obstruidos con piedra y cascote, y muchos de los techos de los aposentos y túneles colapsaron.
Nadie sabe quién construyó estas ciudades subterráneas, y las investigaciones adicionales tal vez nos ofrezcan perspectivas importantes. Una teoría propone que los pueblos primitivos tuvieron que sobrevivir una crisis climática que ocurrió en la superficie. Se rumora la existencia de otras ciudades enterradas en Ecuador, Francia y hasta en [América del Norte]. Derinkuyu y su complejo subterráneo tal vez contengan la información más importante sobre la historia temprana de la humanidad.

[Anexo al artículo anterior por el Dr. Ron Anjard]:

Tal vez sepan que E. Von Daniken ha descubierto un complejo subterráneo poco común en Ecuador. Durante una conversación personal, me informó que también existen ciudades subterráneas en Francia. A consecuencia de mi artículo original sobre las ruinas en Turquía, se me ha informado de la existencia de al menos cuarenta y cuatro ciudades subterráneas en América del Norte. Al menos media docena de estas ciudades están en la costa oeste.

El suroeste de EE.UU. (cerca de San Diego) estaba poblado hace 30,000 años, según los arqueólogos. Una excavación se remonta al 100,000 – 130,000 a.c. Estas ciudades subterráneas son conocidas mayormente por los nativoamericanos, quienes se reservan la información.

En fechas recientes, el New Atlantean Journal incluyó una narración sobre el descubrimiento de una caverna muy inusual cerca de Santa Barbara, California, según la prensa local en 1890. Una gran cámara subterránea contenía una enorme tribuna con una escalinata que conducía a un trono hecho de mármol californiano y un domo de oro. En la cámara secreta adjunta, el techo mostraba el cielo en detalle. En el piso se hallaban los restos de “seres humanos momificados” y amontonados a una profundidad de cuatro pies. ¿Formaba esta cueva parte de las seis ciudades “enterradas” en la costa oeste de los EE.UU.

Todas estas ciudades – en EE.UU., Turquía y otras – fueron construidas supuestamente por la Edad del Hielo. Para sobrevivir, la única alternativa era trasladarse bajo tierra. Estas culturas a menudo construían túneles de interconexión, como se mencionó anteriormente. Obviamente, sus habitantes no eran burdos “cavernícolas”, sino pueblos sofisticados y altamente organizados.

Resulta obvio, también, que estos informes meramente rascan la superficie. Mis investigaciones prosiguen, y en la actualidad sigo investigando. También estoy en contacto con ciertos nativoamericanos (amigos mios) por si tienen – y pueden – compartir información.

(Revista PURSUIT, verano de 1978)

Tuesday, June 19, 2012

Ciudades Perdidas del Mar Báltico















Ciudades Perdidas del Mar Báltico
Por Scott Corrales

Una de las noticias más comentadas del 2012 lo ha sido, seguramente, el hallazgo de una estructura desconocida bajo las aguas del mar Báltico. Este descubrimiento – y su inusual forma, comparada en muchos medios con la del Halcón Milenario de La Guerra de las Galaxias – hizo pensar a muchos que se trataba, por fin, de una prueba física capaz de confirmar la creencia en visitantes extraterrestres en el pasado de nuestro mundo. El objeto, de contorno curveado y sobresaliendo entre diez y trece pies del lecho marino, es sumamente inusual.

Peter Lindberg, submarinista con el grupo Ocean X, comentó: “Creimos en un principio que era tan solo una piedra, pero esto es otra cosa. Durante mis 20 años de submarinsimo, que incluyen más de seis mil instancias de buceo, nunca he visto nada parecido.”

El objeto – según los comunicados de prensa – tiene un agujero con forma de huevo en su parte superior, con extrañas alineaciones circulares de piedra que asemejan “pequeñas fogatas”, cubiertas de lo que parecía ser hollín.

Los creyentes en la hipótesis extraterrestre (HET) no se han dado por vencido e insisten que el objeto resultará tener origen interplanetario. Pero se debe tomar en cuenta que el Báltico tiene un largo historial de ciudades y culturas sumergidas.

En 1985, un escritor llamado Jon Douglas Singer publicó un trabajo en la revista PURSUIT (de la organización investigativa SITU, fundada por el legendario criptozoologo Ivan T. Sanderson) sobre un tema que tal vez no revestía tanta importancia o interés como lo tendría en el 2012. El trabajo de Singer se titulaba “Las ciudades sumergidas y tierras perdidas del mar Báltico”.

Aparte de las narraciones y libros de historia sobre la medieval Liga Hanseática y sus logros (y su enorme “capital” en la ciudad de Lubeck), el mar Báltico no forma parte de la tradición marina de muchos países, y sigue siendo un tanto exótico. Pero Singer apunta que las culturas que ocupan las márgenes de este mar tienen numerosas leyendas sobre las ciudades y territorios que “se perdieron al mar” en algún punto no especificado de la antiguedad. Los eslavos tuvieron uina gran cantidad de ciudades, aldeas fortificadas y fortalezas que fueron destruídas por cataclismos durante la edad media debido a las devastadoras tormentas que se abalanzaron sobre Pomerania y otras regiones costeras, arrasando con todo al grado que muchas de estas poblaciones jamás fueron reconstruidas, y su desaparición dio lugar a toda suerte de leyendas. El autor sugiere que los eslavos llegaron a perdar más de dos mil ciudades y fortalezas durante este plazo de tiempo, y que sus ruinas han sido localizadas bajo las aguas del Báltico.

Recordemos que todo esto tomó lugar durante el pasado histórico (siglos XIV-XV después de Cristo), pero hay evidencia de que culturas anteriores desaparecieron por completo: seres humanos que ocuparon las orillas de las versiones antiguas del Báltico.

Hace doce mil años, los paises del Baltico no existían, ni tampco el mar, estando cubiertos por enormes glaciares que aún no habían comenzado a retirarse. Las islas de Dinamarca formaban un todo con Jutlandia y las tierras circundantes. Los arqueologos afirma que estas regiones inhóspitas estaban habitadas en el 45,000 a.c. por hombres prehistóricos. Para el 8000 a.c., los glaciares comenzaban su retirada, dejando a su paso un gran mar interior (como lo es el mar Caspio) conocido por los geólogos como el Lago de Hielo Del Báltico. Pero permitamos que Singer nos cuente lo sucedido:

“Mil años después de esto”, escribe, “se produjeron más cambios en una escala de tiempo tan breve que los geologos la tildan de catastrófica. Los hielos continuaron su retirada, aunque grandes glaciares se aferraron al centro de Suecia y el este de Noruega. Finlandia estaba irreconocible y mayormente sumergida. Resulta curioso que mientras las tierras del Báltico occidental se sumergían, la parte de oriental afloraba. El Báltico del año 7000 a.c. es conocido como el Mar de Yoldia, conectado al Mar del Norte y al Oceano Atlántico mediante el Estercho de Narke”.

Para el año seis mil antes de Cristo, el Mar de Yoldia había cambiado de forma para convertirse en el Lago Ancylus, totalmente encerrado y sin salida al Atlántico. El clima cambiaba al mismo paso que desaparecía el hielo, y los cazadores prehistóricos podían encontrar tod a suerte de animales, desde marmotas y linces hasta osos y ciervos, sin contar los colosales uros y alces que vagaban por esas latitudes.

Mil años después de esto sucedería otro cataclismo: las aguas del Lago Ancylus irrumpieron en el Atlántico, anegando el puente de tierra que conectaba a Dinamarca con Escandinavia, formando el Oresund entre Dinamarca y Suecia. Las tribus primitivas de esta región practicaban el canibalismo y, según Singer, pudieron haber dado pie a las leyendas sobre los trolls devoradores de humanos transmitidas a generaciones aún por llegar. Los geologos dieron el nombre de Mar de Litorina a esta etapa en la formación del Báltico (y se disputan la existencia de un mar “intermedio” entre el Ancylus y el Litorina, conocido como el Mar de Mastogloia). Uno de estos estudiosos – P.V. Glob – escribió que un asentamiento primitivo del año 4000 a.c. fue hallado en el Fiordo de Kolding en la costa oriental de la península de Jutlandia.

Alexandr Kondratov – conocido por sus obras sobre culturas antediluvianas y monografias sobre dinosaurios en nuestros tiempos -- comenta el hallazgo de una “ciudad sumergida” de siete mil años de edad en un estrecho entre Suecia y Dinamarca, afirmando que aún más comunidades prehistóricas existieron en las costas del Baltico Sur, una de ellas localizadas durante operaciones de dragado en el puerto de Rostock.

Con el paso de los siglos, los nombres de sitios y de tribus antiguas comienzan a adquirir sentido para nuestros oídos. Los cimbros y teutones que amenazaron a la Republica Romana durante el consulado de Mario – quien los derrotó decisivamente en la batalla de Vercelas (101 a.c.) – supuestamente comenzaron su emigración al sur debido a terremotos e inundaciones que destruyeron sus ciudades en Jutlandia. Los geologos nos dicen que esta destrucción se produjo en dos etapas: la primera en el 350 a.c. y la segunda en 120 a.c.

“Grandes inundaciones siguieron devorando terreno en la época medieval”, prosigue Singer en su artículo para Pursuit. “La isla de Rugen, en la costa de Alemania Oriental, perdió la mitad de su extensión a las marejadas en el año 1044 d.c.. Esa isla sufrió un desastre aún peor el Dia de Todos los Santos en el año 1304. Esta misma inundación acabó por sumergir las tierras en la boca del rio Oder y el extremo noroeste de la isla de Usedom. Algunos historiadores y folcloristas han observado que la isla de Usedom es la ubicación tradicional de la ciudad perdida de Vineta, que puede considerarse como la Atlántida del Báltico, siendo una de las ciudades sumergidas más conocidas. Es muy posible que Vineta haya existido y que se hundió durante uno de los grandes diluvios medievales.”

¿Será el extraño objeto un legado de estas culturas ancestrales? Esperemos que las investigaciones nos saquen de duda pronto.

Epílogo: Otra urbe bajo las aguas

Los lectores de las viejas revistas de misterios en los ’60 y ’70 recordarán un nombre que siempre salía a colación en temas referidos a la Atlántida y civilizaciones desaparecidos: el reverendo Jurgen Spanuth, cuyas investigaciones submarinas en la década de los ’50 resultarían en el descubrimiento de ruinas subacuáticas en el Mar del Norte, específicamente en la isla de Heligoland, al otro lado del Báltico, separado el uno del otro por la gran península de Jutlandia.

Aunque el reverendo tenía sus propias teorías “atlanticistas” como cualquiera. Consideraba que los enigmáticos “pueblos del mar” que atacaron Egipto durante los reinados de Ramsés III y Meneptah (y que figuran en las inscripciones de Medinet Habu) eran sobrevivientes de la Atlántida asentados en Heligoland, utilizándola como base para sus depredaciones. Los estudiosos identifican a estos invasores como marineros filisteos, troyanos, cretenses o tirrenos, entre otras posibilidades.

El hecho concreto es que en 1953, el reverendo y sus buzos localizaron muros de piedra a una profundidad de 45 pies, con distintos implementos del neolítico. ¿Sería parte de una de las muchas culturas perdidas a los mares en esta parte del mundo?

La revista estadounidense TIME (8 Sep 1952) publicó uno de los primeros artículos sobre el descubrimiento de la ciudad submarina cerca de Heligoland – conocida hasta el momento como una de las grandes fortalezas de la Alemania nazi, sometida a un bombardeo inmisericorde en 1943. El reverendo Spanuth y su tripulación anclaron a seis millas de la isla y uno de los buzos se echó al agua, descendiendo a una profundidad de 30 pies y andando sobre el lecho arenoso. “¿Qué puedes ver?” le preguntaba Spanuth mediante un teléfono.

“Estoy viendo una muralla”, repuso el submarinista.

Esa respuesta afirmativa resultaría en cuatro días de zambullidas adicionales y apuntes que darían a conocer la existencia de un encierro ovalado de mil yardas de largo y más de trescientas yardas de ancho. Dentro del encierro podían apreciarse irregularidades que sugerían los edificios de una ciudad olvidada. Una de estas estructuras, según las afirmaciones del reverendo, correspondía al palacio de los legendarios reyes de la Atlántida.

Sin fondos adicionales para apoyar sus investigaciones, Spanuth no volvió a Heligoland, afirmando que “no era un vulgar buscatesoros” sino un estudioso.

Tuesday, June 05, 2012

Calvert, Texas: Estación de paso para OVNIS (1974)




















Calvert, Texas: Estación de paso para platillos voladores
Por Timothy Green Beckley (1974)

Con una población de poco más de 2000 habitantes, Calvert es esencialmente como muchas comunidades ganaderas en el regazo de la zona ganadera del país. Lo que hace que Calvert sea única es que esta región – dividida por el río Brazos y ocultada en el centro del condado de Robertson del estado de Texas – es que los OVNIS se han dejado ver casi todas las noches. Los testigos han incluido el presidente de un banco, un oficial jubilado de la marina, así como numerosos agentes del orden público.

Además de los avistamientos con testigos múltiples que se dan constantemente en Calvert, se ha producido una oleada paralela de fenómenos en tierra, tales como:

- Interferencia con la recepción normal de la radio
- Marcas inexplicadas en el suelo
- Informes fidedignos de aterrizajes y contactos con tripulantes de ovnis
- Sonidos peculiares que provienen de una fuente desconocida en la profundidad de la tierra.

Tampoco deja de ser sorprendente para aquellos que han rastreado los patrones de conducta de los OVNIS que esta zona de Texas se encuentra densamente poblada de los sistemas de seguridad esenciales para defender al país en el caso de un ataque. Dentro de un radio de 100 millas de Calvert hay numerosos silos subterráneos, unidades móviles de radar, bases del ejército y de la fuerza aérea, así como numerosas instalaciones militares secretas. De hecho, solo aquellos individuos con autorización especial del Pentágono tienen el privilegio de conocer a ciencia cierta la naturaleza exacta de estas instalaciones, que son vitales para la defensa nacional.

Según los ciudadanos más confiables de Calvert, es muy probable que haya habido más avistamientos inexplicados en esta pequeña comunidad que en cualquier otro punto de Norteamérica. Gracia Unger, directora del Calvert Tribune, insiste que los informes de OVNIS se remontan a muchos años atrás, pero incrementaron en frecuencia en los últimos 18 meses, alcanzando proporciones epidémicas en los meses de noviembre y diciembre de 1973.

Desde su atiborrado despacho directoral, la periodista de 31 años habló libremente sobre su participación en el tema ovni, apuntando, sin embargo, que no todos concuerdan con su actitud liberal hacia el tema. “Sé que algo raro pasa por aquí. Desafortundamante, se me ha hecho sumamente difícil conseguir la colaboración sustancial sobre el problema OVNI de parte de los testigos y el gobierno. Aunque he investigado mas de 200 avistamientos personalmente – y es una cifra considerable – suceden muchas cosas más de lo que cuentan, cosas que la gente se niega a abordar con nadie. Aquellos que han tenido encuentros con estas cosas reciben el mote de locos. La situación es esta: los que han visto ovnis creen en ellos, y los que no han sido expuestos al tema se mofan de los demás”.

Gracia Unger, quien inexitosamente se postuló para alcaldesa, además de dirigir el periódico local, insiste que estos discos no tienen nada de nuevo, ni para ella ni para el pueblo.

“Los ancianos recuerdan avistamientos ocurridos a finales de 1890. Muchos de los eventos que han tomado lugar en los años posteriores han ido más allá de manifestaciones aéreas. De vez en cuando se producen misterios en tierra que van de sorprendentes a increíbles, y relacionados con los ovnis. Esto me ha convencido que Calvert sirve de estación de paso para estos seres”.

Hasta la fecha, Gracia afirma haber visto una variedad de naves extrañas, “al menos 50 de ellas”. Su primer y mejor avistamiento ocurrió en 1958.

“A menudo me detengo a pensar sobre lo sucedido, y recuerdo los detalles vivamente porque la experiencia me dejó estremecida. Recién había cumplido los doce años en aquel momento cuando me encontraba en el coche con mi padre, que era ejecutivo para la Southern Pacific Railroad. Conducíamos a lo largo de la Carretera Estatal 6, unas cuantas millas al este del pueblo. Era después de la medianoche, las tres de la madrugada, si no me equivoco, y regresábamos a casa después de haber visitado algunos amigos”.

“Sin advertencia alguna, dos objetos luminosos bajaron de la oscuridad del cielo, y nos siguieron a lo largo de una carretera bastante desierta. Teníamos mucho miedo y no sabíamos a qué atenernos. Finalmente, la curiosidad nos venció, y mi padre y yo nos detuvimos para bajarnos del coche y poder ver mejor. Los dos objetos se fusionaron en uno solo, aumentando en tamaño como un globo que se infla. El objeto se desplazó treinta metros en el aire, colocándose sobre un pastizal, proyectando un reflector muy potente sobre el ganado que descansaba al aire libre. Luego se movió hacia nosotros, acercándose a unos 25 pies e iluminándonos con ese reflector. Instintivamente, decidimos volver al coche. El OVNI nos siguió todo el camino hasta Calvert antes de salir disparado hacia el cielo, cambiando de color a rosado rojizo. Mi padre me advirtió que no comentara el incidente con nadie, porque nadie nos creería. Mi padre falleció al año siguiente y decidí callarme la boca, como me lo había pedido”.

Los avistamientos han tomado lugar constantemente con el paso de los años, pero según los datos más fiables, Calvert no recibió su porcentaje más grande de fantasmas del aire hasta Noviembre de 1973.

“Supongo que fui uno de los primeros en dar el asunto a conocer a los vecinos de esta región”, afirma el técnico de televisión Virgil Chappel. Entusiasta de los radiorreceptores “ham” por muchos años, Chappel dijo haberse dado cuenta de la presencia de los nuevos “vecinos” cuando la radio que utiliza comenzó a captar conversaciones raras y comportarse de manera extraña.

“Casi todas las noches durante las primeras semanas de noviembre de 1973, los aficionados a la radiodifusión se vieron plagados de interferencia extraña que impedía que nos comunicáramos como de costumbre. En vez de escuchar los mensajes normales de los compañeros radiodifusores, lo único que se escuchaba eran unos “clics” en serie, parecidos a la clave Morse. Como estoy bastante entendido en las claves, puedo dar fe de que era distinto a todo lo que había escuchado hasta el momento. Hasta el tono del sonido era raro. Se trataba de una señal inteligente, hasta donde pude determinar. No me atrevo a decir de dónde vino, y tampoco puedo decir quién era el responsable. Lo que sí puedo decir es que escucharlo resultaba espeluznante”.

La realización de que algo definitivamente andaba mal se produjo cuando el fornido tejano de mediana edad salió a su traspatio el 15 de noviembre, mirando al cielo. Lo que pudo ver le dejó maravillado y atónito. “El aire resplandecía con una multitud de luces parpadeantes. Era como un árbol de navidad – esa es la mejor descripción que puedo dar. Estas esferas parpadeantes me rodeaban. Corrí hacia la casa, pidiéndole los prismáticos a mi esposa".

Al mirar los objetos por los prismáticos, Chappel pudo ver los colores vivos de las luces, pero no fue capaz de enfocarlos lo suficiente como para determinar la solidez de las mismas. “Eran vagamente redondos y con forma de huevo...pero esos colores, vaya, son algo que nunca olvidaré. Eran las tonalidades violeta más bellas que había visto en mi vida. Violeta, rojo, amarillo y azul. Casi me atrevo a decir que parecían sacadas de un arco iris”.

En cuanto a la maniobrabilidad de los ovnis, Chappel dijo que se cernieron en un mismo sitio por 30 minutos, y luego se desplazaron para hacer lo mismo en otra parte del cielo. A veces se movían con gracia, como si fuese un ballet aéreo.


Durante el transcurso de su vigilia nocturna, el Sr. y la Sra. Chappel se vieron acompañados por una docena o más de vecinos quienes habían sido alertados por teléfono sobre el fenómeno inaudito. Entre los que pudieron verificar el evento estaba Billy Hall, ex-presidente del Robinson State Bank. Billy Hall no es muy dado a agregar detalles a los hechos: un hombre activo en la vida financiera y cívica de Calvert, el astuto comerciante se sintió profundamente afectado por lo que había visto. ‘No soy creyente en los platillos voladores y alienígenas del espacio exterior”, declaró Hall al comienzo de nuestra conversación. “Había oído hablar de tales cosas, claro, pero siempre supuse que existía una explicación lógica para lo que habían visto las gentes. Se podrá imaginar el impacto que tuve al mirar por los prismáticos y determinar que aquello no era ni una estrella, ni globo, ni cualquier aparato convencional”.

Gracia Unger manifiesta cierta tensión al hablar, recordando los extraños eventos que han sucedido durante los últimos 18 meses, comenzando con lo que ella misma vio el 21 de noviembre de 1973 cerca del puente que cruza el río Brazos. Tres otros testigos la acompañaban en aquel momento en las cercanías del puente de 200 pies de largo en una zona de campos de algodón y terrenos de pastoreo.

“Durante varias noches recibimos informes sobre extrañas luces de colores suspendidas sobre el río Brazos a baja altura. Dado que todos los avistamientos anteriores se habían producido justo sobre la Carretera Agrícola 979, decidimos vigilar el cielo desde este punto. A eso de las siete de la noche pudimos ver dos esferas pulsantes que cruzaron el cielo muy lentamente, aterrizando posteriormente en el canal de río Brazos”.

Gracia los descubrió como “grandes – en exceso de 125 pies de largo” y con la forma de “un ladrillo con las esquinas desgastadas.” Un domo de luz tenue también podía verse en la parte superior, con una serie de luces rojas, blancas y azules que parpadeaban alocadamente. Según su testimonio, después de cernirse unos 25 a 30 segundos sobre la superficie del agua, los objetos se “asentaron en el río simultáneamente, extinguiendo sus luces y desapareciendo bajo las lóbregas aguas”.

Sorprendida, Gracia, que estaba con su marido Jack Unger, contemplaba el espectáculo con Tommy Blann y su esposa Linda, ambos vecinos de Merlin, Texas. Posteriormente pude entrevistar a Tommy Blann por varias horas, y me dijo que llegaron a percibir los ovnis cuando estos estaban a unos 1000 pies de altura.

Para comprobar que se trataba de una experiencia real, Blann presento una foto convincente de una de las naves, tomada – según dijo – mientras que la nave pasaba sobre unos postes de teléfono silenciosamente a unas 25 millas por hora. Describió la nave como “sumamente grande” y unida en el centro por lo aparentaban ser “cuatro estructuras esféricas”. Trabajando como investigador independiente para varios periódicos, Blann dijo que al tomar la foto estaba utilizando una lente de 50mm con exposición de 2 segundos. “Esto seguro que esto respaldará nuestro testimonio,” aseveró con firmeza.

Durante los próximos siete días, según Gracia Unger, que ha llevado una bitácora detallada de todos los eventos que han ocurrido en la vecindad de Calvert, los OVNIS se desplazaban de un lado del firmamento al otro, esfumándose a velocidades increíbles. “Los perros silvestres, coyotes y lobos son los primeros en detectar la presencia de un ovni”, nos dijo mientras que hojeaba montones de informes mecanografiados.”Ladran furiosamente, aúllan y justo antes de que aparezca el ovni, corren como locos por los pastizales y bosques, cruzando la carretera en su confusión. Nuestra propio perra se vuelve muy alerta, y comienza a inclinar la cabeza hacia el cielo como si buscara algo, pero sin hacer sonido alguno.

Según otra vecina, Liliana Juarez, propietaria de una taberna, las luces pulsantes han aterrizado repetidas veces detrás de su casa en el Camino Agrícola 1644, a poca distancia del puente del río Brazos. “Espantaron a mi familia”, afirma la mujer mexicana de 40 años de edad, “pero casi nos hemos acostumbrado a su presencia. El momento más destacado de los acercamientos a la propiedad de la familia Juárez se produjo cuando una esfera de color blanco y azul aterrizó en un campo cercano a su casa. Puesto que la cercanía de la extraña luz les infundía temor, la familia se negó a salir de su casa por más de una hora para ver si el intruso se había ido.

Mientras que los aterrizajes y encuentros con “hombres del espacio” han sido mas bien pocos en Calvert, no significa que no hayan sucedido.

Durante el periodo de “crisis” de noviembre-diciembre de 1973, una mujer que se negó a dar su nombre por motivos obvios llamó al periódico “Tribune” para dar parte sobre un encuentro aterrador, cara a cara, con un ser peludo en el puente del río Brazos. La mujer anónima dijo que un enorme “monstruo” de siete pies de alto le había salido al paso, moviéndose en una niebla muy espesa. El incidente se produjo a las seis de la mañana, mientras que la mujer conducía al pueblo en busca de víveres.

El 11 de diciembre de 1973, uno de los ovnis plateados aterrizó en un pastizal cerca de la casa de la Sra. Cleo Smitherman, dejando rastros físicos de su presencia.

Gracia Unger ha logrado recopilar una bitácora impresionante de casos antes de que comenzaran a menguar para fines de diciembre de 1973. Muchos de los testigos no quisieron dar sus identidades a conocer, aunque varios se ofrecieron a firmar actas notariadas para dar fe de lo que habían visto. Lo siguiente es un resumen de los casos principales de esta oleada. En casos en que el testigo ha solicitado permanecer en el anonimato, hemos evitado dar a conocer su identidad verdadera, dando tan solo sus iniciales:

· Felix R. Luna, un estudiante de 18 años, contemplo un patrón triangular de luces sobre el puente del río Brazos en noviembre. Luna, trabajador a tiempo parcial en una fabrica, afirma poder “detectar” la presencia de ovnis en la zona. Su cuerpo se ve invadido por una sensación rara en dichos momentos. Su familia, que reside a la entrada del pueblo, pudo ver una luz blanca y brillante subiendo y bajando en el cielo hasta desaparecer.
· El matrimonio D.L fue perseguido por un ovni con forma de huevo que “se les pegó”, bañándolos con un intenso haz de luz a la par que conducían hacia Calvert, a través de las tierras aluvionales del río Brazos.
· Martha y Buddy Smitherman, gerente de una tienda de modas y el condestable del pueblo, respectivamente, han visto “platillos voladores” desde la terraza de su hogar al borde del pueblo. La Sra. Smitherman afirma haber visto misteriosos “destellos en tierra” que salen de la superficie de las supuestas zonas de aterrizaje cerca del río Brazos.
· Irene Whitlow, técnica dental, y Telma Conitz, bibliotecaria, contemplaron “una barra de luz blanca” que apareció en el oeste justo antes de la puesta del sol. El OVNI permaneció en el cielo por unos 90 minutos antes del anochecer. No se movió y no guardaba parecido con ninguna estrella o planeta.
· Uldene Casey, antigua técnologa médica, vio una nave parecida varios días antes de la Navidad. El OVNI parecía un foco de luz fosforescente.
· Y.S., capataz de un rancho de 2000 acres cerca del río Brazos, fue perseguido por una luz brillante por mas de 30 minutos al regresar a Calvert tarde en la noche.
· G.C. y M.L., dos cazadores, estaban acampados en Steele Creek, cerca de Bremond, Texas, durante la mañana del 7 de diciembre. Uno de los hombres estaba en un puesto para cazar venados a 50 yardas de su amigo. Al rayar el alba, “algo” le disparó un haz de luz extremadamente brillante. Pensando que su amigo le había apuntado con una linterna, repentinamente pudo escuchar que este suplicaba ayuda a gritos. Mirando hacia el cielo, pudo ver un OVNI de dimensiones tremendas cerniéndose en el aire, directamente sobre su cabeza. El hombre disparó su rifle contra el OVNI varias veces, y pudo escuchar como las balas hacían impacto contra algo metálico. Uno de los cazadores estaba al borde del pánico, pero el objeto resplandeciente se elevó verticalmente y desapareció en cuestión de segundos.

[...]

No importa cual sea el resultado, ni el objetivo a largo plazo que puedan tener los ovninautas: muchos investigadores ovni están mirando los cielos sobre esta zona de Texas. El consenso general, basado en un examen a fondo de los informes y datos acumulados, es que un evento de importancia universal va a tomar lugar en este sitio en el futuro. Y sobre esto ¡casi todos los testigos de los ovnis de Calvert están de acuerdo!

(Traducción (c) 2012 de Scott Corrales para Arcana Mundi)