Friday, September 18, 2009

Precaución - ¡OVNIS a la derecha!















Precaución - ¡OVNIS a la derecha!
Por Scott Corrales, (c) 2009

El autor estadounidense Max Blumenthal ha escrito un libro con el sugerente título de Republican Gomorrah (La Gomorra Republicana) que aborda la manera en que la extrema derecha en USA se ha aprovechado de la religión para reclutar seguidores y afianzar su punto de vista entre los integristas. La obra de Blumenthal recoge el pensamiento mágico – por así decirlo – de los republicanos integristas que ven en Sarah Palin, la ex-gobernadora de Alaska, la figura bíblica de la reina Ester, considerándola como “ungida por el Altísimo” para ejercer las más altas funciones ejecutivas de la nación. Y como si no bastara con eso, consideran que la “forma de corona” del lejano estado de la unión representa su función como “reino de los Elegidos” – el lugar al que emigrarán todos los fieles que no hayan sido elevados al cielo durante el Rapto. Las imágenes de la iglesia integrista de la ex-gobernadora, y la bendición que le diera el “obispo” de dicha iglesia contra las magia maligna, dieron la vuelta al mundo gracias a la bola de cristal que es YouTube.

Se podría escribir largo y tendido sobre la forma en que los conservadores se han valido de la religión como herramienta, e igual partido le han sacado a lo paranormal. Es posible entrar a cualquier librería religiosa para comprar tomos bien encuadernados sobre la “guerra espiritual” u otros temas que se abordan con soltura en los programas radiales integristas. Pero el fenómeno OVNI también viene jugando un papel importante en el pensamiento reaccionario.

Una de las afiliaciones visibles de la derecha con el fenómeno aparece en el movimiento contactista estadounidense de mediados del siglo XX. Según Jacques Vallée: “[el contactado] George Adamski tenía vínculos antes de la Segunda Guerra Mundial con William Dudley Pelley, el líder de los fascistas estadounidenses que acabó internado durante la guerra. Otro contactado, George Hunt Williamson (cuyo verdadero nombre era Michel D’Obrenovic) estuvo asociado con la organización de Pelley a comienzo de la década de los ’50. De hecho, es posible que haya sido Pelley quien haya puesto en contacto a Williamson con Adamski”.

Esto le sonará al lector como “culpabilidad por asociación”, pero resulta que Pelley, líder del grupo fascista Silver Shirts (los camisas plateadas), también mantenía vínculos con otro importante movimiento sobrenaturalista de la década de los ’30 – el movimiento I AM de Guy Ballard. Tras la victoria de los aliados en 1945, Pelley fue puesto en libertad y enseguida formó un nuevo grupo esoterista – Soulcraft – y para 1950 escribiría un libro llamado Star Guests (los invitados de las estrellas) (Indiana: Soulcraft, 1950) una recopilación de escritura automática proveniente de supuestos extraterrestres.

Fue en estos primeros años de la era nuclear que George Hunt Williamson comenzó a trabajar para Pelley en las oficinas de movimiento Soulcraft antes de mudarse a California, donde sería testigo del supuesto encuentro entre Adamski y un supuesto venusino de cabellos largos y rubios como una valquiria. Williamson también colaboró con John McCoy, con el que escribiría el libro UFOs Confidential. Según Vallée, McCoy “introdujo el concepto de la conspiración de la banca judía internacional al problema de los OVNIS”.

Estos visitantes de mundos perfectos y racionales, habitados por seres de facciones perfectas, ojos claros y pelo rubio, gobernados por la lógica y carentes de sexualidad podrían confundirse – si somos malpensados – con las élites arias del nazismo, o mejor dicho, el nazismo mágico, que imaginaba a los ubermenschen extendiendo su férula sobre hordas de seres humanos de facciones burdas, pelo oscuro, irascibles y obsesionados por el sexo. Otro escritor, Francis King, tomaba nota de esto en su obra Satan and Swastika (Mayflower, 1976) apuntando la cantidad de revelaciones esotericas que comparten la política racial y política de la extrema derecha. Todas estas formas de pensar parecen ser ramas que parten del gran tronco de la teosofía, con sus élites secretas y razas que se “perfeccionan” con el paso del tiempo, desde los monstruosos “lemurianos” hasta la raza perfecta que está por llegar – un pueblo rubio de ojos grandes y facciones finas.

Fue precisamente una de las herederas de la inagotable pluma de Madame Blavatsky – Vera Alder – la que escribía sobre un subcontinente indio primigenio en el que los arios adoraban al dios Brahma, hasta la irrupción de las gentes de piel oscura, adoradores de Siva, que suplantaron a los arios. “Los arios blancos comenzaron a sucumbir a la fascinación que ejercen los de piel oscura sobre ellos, y comenzaron a mezclarse con ellos” (Alder, The Initiation of the World. Lucis Trust, 1968)

De acuerdo con los escritos de Walter Kafton-Minkel, autor de Subterranean Worlds (Loompanics, 1993), la creencia en los intraterrestres tampoco se escapa de este mal. Los escritos de Walter Siegmeister, mejor conocido como el “Dr. Raymond Bernard” sobre la tierra hueca, aparte de abogar por la alimentación correcta para reducir los apetitos, nos indican que los habitantes de la subterránea Aghartha son del tipo “nórdico” por haberse escapado de los efectos malignos del sol. Aquellos que decidieron permanecer en la superficie terrestre se convirtieron en la raza negra. “Todas las razas, incluyendo la negra”, escribe Bernard, eran originalmente rubias y de ojos azules”.

Siegmeister – perdón, el Dr. Bernard – tenía un punto común con algunos de los adalides de la derecha estadounidense actuales: una repugnancia por la sexualidad humana (aunque los telediarios nos presentan rectos y castos varones republicanos que siempre acaban en líos de faldas) que lo llevaba a promover “la abolición de los alimentos cocinados de la dieta humana”. Eso resultaría, según su lógica, en la desaparición de la menstruación en las hembras y la desaparición total del sexo masculino. Aunque Siegmeister nunca escribió sobre extraterrestres idealizados, hubiese visto en los “venusinos” de Adamski sus seres perfectos. O mejor aún, en el extraterrestre rubio que daba pepitas de oro a cambio de pan y leche a Jaume Bordás Bley en la década de los ’60, cuya conformación física no delataba atributos sexuales de ningún tipo.

Hay un apartado en la vida del “Dr. Bernard” que no tiene desperdicio: su intento por crear una raza de superhombres. En 1943, un tal J. Sheppard, escribiendo para la revista The American Weekly, le hizo una entrevista a la señorita Marian Windish, descrita como una joven ermitaña que vivió por dos años en la selva ecuatoriana, desnuda y desprovista de armas o medicamentos. Está claro que esta hija de la diosa Diana no podía estar sola, sino al contrario, tenia al Sr. John Wierlo como su protector – “un gigante rubio, doscientas libras de huesos y musculatura maciza”. Esta visión idílica, típica de las portadas de las pulpas norteamericanas de la época, sería fácil de descartar como una fantasía más, pero la entrevista de Sheppard también incluía las declaraciones del Dr. Walter Seigmeister. El visionario imaginaba que de la unión repetida entre su Adán y Eva surgiría una raza nueva que se alimentaría exclusivamente de nueces y vegetales sin cocer, y se prohibiría todo lo material, incluyendo la ropa. La prole de Wierlo y Windish sería físicamente enorme, espiritualmente perfecta, y viviría en un estado de inocencia total.

Pero el “Dr. Bernard” se caería de su mullida nube cuando se descubrió que el relato de Sheppard era un fraude total. Wierlo y Windish, amigos mutuos, estaban confabulados con Siegmeister y hasta lo habían fotografiado “caminando sobre agua” y reunido con ascetas tibetanos en la cordillera andina – relatos que pasarían a formar parte de las obras de otros autores, como Vincent Gaddis.

Tampoco debemos subestimar la importancia del “Dr. Bernard”, a pesar de estos desaciertos jocosos. Su periplo le llevaría a Guatemala, donde se hizo pasar por el experto en nutrición “Uriel Adriana” y a Puerto Rico, donde trabó amistad con la contactada Mayita, cuyo cuerpo – según el buen doctor – “funcionaba como un radiorreceptor interplanetario” y cuyas profecías estaban perfectamente adaptadas a las creencias del visionario. Aquellos que habían logrado purificar sus cuerpos y abstenerse de lo carnal (¡claro!) escaparían la inevitable destrucción de nuestro mundo gracias a la intervención de los seres perfectos a bordo de los ovnis, que pasarían a recogerlos en algún punto en Sudamérica. Los restos depurados de la humanidad vivirían en Marte (¿a pan y leche?) presenciando la destrucción de sus impuros congéneres en la tierra. Pero lo que más agradaba al “Dr. Bernard” era que Mayita recibía visitas de una imponente figura espiritual de cabellos largos y dorados – la Magna Mater – que había sido mortal cien mil años antes, cuando los varones no existían y las mujeres se reproducían por partenogénesis. “Bernard” también estuvo relacionado con logias teosóficas brasileñas que creían a pies juntillas en los intraterrestres. Es posible que las conferencias de Henrique de Souza y el comandante Paulo Strauss de la Sociedad Teosófica Brasileña hayan atizado las fogatas de muchos creyentes en estos temas en el hemisferio norte. Hasta es posible que exista una conexión tenue entre el “Dr. Bernard” y la controversia sobre la isla Friendship en Chile. Ray Palmer, uno de los pioneros de la prensa OVNI estadounidense, dijo en su revista Flying Saucers que “...[Siegmeister] había vendido lotes de terreno en una isla cercana al Cabo Hornos en América del Sur, afirmando que existía una entrada al mundo intraterreno, y en donde iba a fundar una colonia contra la amenaza de la lluvia radiactiva”.

Friday, September 11, 2009

Periódico británico convierte OVNI en pterodáctilo

¿Será posible que un artefacto repentinamente produzca alas para convertirse en un pterodáctilo?

Así parece indicarlo el periódico inglés Daily Telegraph, rotativo de gran prestigio internacional, en una nota de prensa sobre el tema que puede verse en http://www.telegraph.co.uk/news/newstopics/howaboutthat/6166855/UFO-or-pterodactyl-over-Argentinian-lake.html

La noticia original que aparece en el Diario San Rafael no sugiere que el testigo haya visto un ser alado, sino un artefacto que emitía un zumbido. La redacción del Telegraph alega que "las comunidades ovni y criptzoológicas compiten por reclamarse la posesión de este fenómeno".

No deja de ser curioso que el Telegraph haya agregado un detalle que brilla por su ausencia en el informe original. ¿Trucos de la pérfida Albión? Veremos.